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Prueba a fondo: Peugeot 308 1.6 e-HDi 115 CV (2014). Recomendable

En esta prueba, analizamos punto por punto la versión 1.6 e-HDi con 115 CV del Peugeot 308

Antes de empezar a fondo con la prueba del Peugeot 308 1.6 e-HDi 115 CV (2014), deja que te cuente las principales características de este modelo: los cambios estéticos son evidentes, pero debes ser tú el que juzgue si te gusta más o menos que antes, porque a mí me parece un poco soso. Mi labor es contarte que, aunque ha reducido su tamaño, aumenta su habitabilidad interior y reduce el peso (es 84 kilos más ligero). Ahora mide 4.253 mm de largo, 1.804 de ancho y 1.457 de alto. Es, por tanto, 23 mm más corto, 11 más estrecho y 41 más bajo.

Viendo estos datos, lo lógico es preguntarse de dónde sale tanto espacio interior. La respuesta está en la nueva plataforma EMP2 desarrollada por el Grupo PSA. Es la misma que utiliza el Citroën C4 Picasso y, entre otras cosas, permite colocar las ruedas más cerca de los extremos del coche para lograr así una mayor distancia entre ejes. De esta manera, con una batalla de 2.620 mm, el espacio disponible en la segunda fila es incluso mejor que en la generación anterior. Además, se coloca muy por encima de lo habitual en superficie acristalada (ofrece 4,86 m2), lo cual contribuye a aumentar aún más la sensación de amplitud. 

Cuando me siento al volante del Peugeot 308 1.6 e-HDi no termino de encontrar una buena postura de conducción. Como ya ocurre en su hermano menor el Peugeot 208, han ubicado el cuadro de mandos en la parte alta del salpicadero y si quieres ver los relojes con claridad debes colocar el volante demasiado bajo. De esa manera te da la sensación de que vas conduciendo prácticamente con las rodillas. Por suerte el aro no es aquí tan ovalado como en el 208, solo un pelín achatado y ligeramente plano en la parte inferior y eso ayuda a que te sientas más a gusto al conducir en zonas de curvas. Por otro lado, debo confesar que este volante de pequeñas dimensiones me hace sentir que lo tengo todo controlado y poco a poco me he ido acostumbrando a esta posición de conducción, así que la cosa no es tan grave...

En esta prueba he conducido la versión 1.6 e-HDi de 115 CV, un motor que me parece muy apropiado para este modelo teniendo en cuenta que mueve con soltura los 1.235 kilos que pesa el 308 y que, gracias al Start-Stop que monta de serie, deja el consumo en este test en solo 4,9 litros. Es un propulsor que empuja bastante bien desde abajo y sube de vueltas con alegría. Eso sí, aunque la zona roja la marca a 5.000 rpm, no le exijas demasiado más allá de 4.000, porque lo único que conseguirás es hacer ruido y gastar más de la cuenta. 

La encargada de enviar la potencia al eje delantero es una caja de cambios manual de seis velocidades con un escalonamiento correcto y un tacto más preciso que en la generación anterior. Eso me ha gustado mucho, pero puestos a exigir lo máximo, creo que los recorridos deberían ser un poco más cortos.

Durante este test el nuevo 308 no ha logrado igualar las prestaciones que promete Peugeot, pero hay que tener en cuenta que esta versión Allure monta de serie llantas de 17 pulgadas y la unidad de pruebas equipa las de cinco radios dobles de 18”. Pese a todo ha acelerado de 0 a 100 km/h en 11,1 segundos. 

Mención especial merecen los frenos, ya que se han mantenido en valores francamente buenos (37,1 metros) incluso después de cinco frenadas consecutivas. Aunque en eso también influye de manera decisiva el buen agarre que aportan los neumáticos Michelin Pilot Sport 3 que lleva el modelo que he conducido.

Estas ruedas también tienen mucho que ver en su buen comportamiento, que es uno de los aspectos que más me ha sorprendido de este nuevo Peugeot 308, ya que me ha parecido mucho más afinado de lo que acostumbran los vehículos de la marca francesa. No vayas a pensar que se coloca entre los modelos más dinámicos del segmento, así de repente, pero hay que reconocer que el salto que ha dado en este sentido es notable. Se muestra bastante aplomado en curvas rápidas y su dirección transmite de manera fiel tus movimientos del volante. Quizás le falta por mejorar su respuesta en curvas lentas y enlazadas, pero no se puede pedir todo. Sobre todo porque sigue siendo bastante confortable y filtra a la perfección los baches e irregularidades del asfalto.

Permíteme que vuelva a incidir en su bajo consumo, porque pese a no lograr alcanzar la cifra oficial (3,8 l/100 km), pienso que 4,9 litros es un gasto realmente bueno para el día a día, sobre todo, si tienes en cuenta que monta ruedas de mayor diámetro. El Start-Stop ayuda a que el motor no beba más de la cuenta en ciudad, pero no es el único que contribuye a esta labor. El magnífico coeficiente aerodinámico de 0,28 también tiene buena parte de la culpa. Además, esta segunda generación del 308 cuenta con medidas adicionales para mantener a raya las emisiones, como una bomba de aceite pilotada, mejoras en la gestión de la dirección asistida y un alternador con funcionamiento optimizado.

La versión de esta prueba del Peugeot 308 cuenta con el acabado Allure, que es el más alto de la gama y monta de serie el sistema multimedia con pantalla táctil y navegador. Un accesorio que no está disponible en el modelo básico (Access) y que cuesta 600 euros en el acabado intermedio (Active). Se trata del mismo equipo que ya se ha presentado en su compañero del Grupo PSA, el Citroën C4 Picasso. Sin duda, impresiona por su aspecto exterior limpio y de estilo premium. Además, aglutina tantas funcionalidades que te da la sensación de estar manejando un tablet. Eso ha hecho posible despejar la consola central de botones. Pero, en mi opinión, se han pasado, porque los únicos botones físicos que quedan son el bloqueo de puertas, warning, recirculación de aire y los que sirven para desempañar las lunetas delantera y trasera. Puestos a quitar, podrían haber eliminado todos y que la pantalla actuara como una especie de central de mandos computerizada, pero lo lógico hubiera sido que dejaran a mano, como mínimo, los reglajes del climatizador.

Lo que me ha gustado mucho es la sensación de calidad que transmite, ya que tanto el salpicadero como la consola central están cubiertos por plásticos engomados muy agradables al tacto, que se combinan con elementos cromados y acabados en aluminio.

Valoración

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En esta prueba del Peugeot 308 con motor 1.6 e-HDi 115 CV, nuestro compañero Enrique Trillo trata de desvelar si es una de las alternativas más recomendables.

Lo mejor

Gran espacio interior, sensación de amplitud, consumo reducido

Lo peor

Cuesta encontrar la postura de conducción, recorridos un pelín largos del cambio

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