Prueba del Mini Cooper SE Countryman ALL4: SUV PHEV con etiqueta 0 de la DGT y un buen consumo medio

¡Pero qué bien lleva el paso del tiempo el Mini Countryman, que parece la mismísima Sofía Loren! Y es que la segunda generación del SUV de origen británico lleva en el mercado desde 2016, aunque esta última tampoco es que variase mucho en el diseño respecto a su predecesor. Con leves retoques estéticos recibidos en el 2020, como imagino que habrá hecho la actriz italiana, sigue mostrando una imagen fresca como el primer día -quizá decir eso en 'La Loren' es pasarse-. 

Ahora me toca probar la que, digamos, es la última variante que completó la gama, el Mini Cooper SE Countryman ALL4, el híbrido enchufable. Este PHEV rinde 220 CV y tiene una autonomía oficial en modo eléctrico de 51 kilómetros. 

Diseño e interior

Lo bueno es que Mini ha sabido mantener el diseño exterior de la acertada reinterpretación que lanzó en 2002. También en otras carrocerías más amplias como en el extinto Paceman o en el que hoy probamos, el Countryman.

Fue en 2020 cuando sufrió una ligera actualización en la que la parrilla era algo más grande, los paragolpes, de nueva factura -los delanteros con tomas de aire verticales-; y los pilotos adoptaban la bandera de la Union Jack. Por su parte, los faros, que mantuvieron la forma, incorporaban de serie tecnología LED -Matrix LED opcional-.

Eso en el exterior, porque en el interior, las modificaciones son menos cuantiosas: nuevos botones para el volante, que como te dije en la prueba del Mini Cooper de 5 puertas, ofrecen una imagen, por lo menos para mí, más pobretona que los anteriores; y un cuadro de instrumentos digital de 5" que le da un toque moderno, pero que no es configurable y la información que da no es extensa. 

Ésta es complementada con una pantalla de 8,8" que muestra unos gráficos, como los del navegador, que no están a la última. Me gusta que sea táctil, pero que también se pueda controlar desde el mando giratorio de la consola central. También, por supuesto, que las funciones más importantes se puedan manejar desde los botones físicos. Mensaje para el resto de marcas: ¿veis como se puede ser chic sin necesidad de prescindir de ellos? Y hablando de botones: ¡como se salen los típicos metálicos por su parecido a los de un avión!

Lo que sí que no me ha gustado es que el sistema de carga inductiva, que está escondido en el apoyabrazos, tenga una plataforma extensible en el que mi móvil, un Samsung Galaxy S21, no cabe.

Y siendo Mini no podían faltar tanto los buenos materiales, como la muy buena calidad percibida y al tacto.

Acomodado en las plazas traseras me encuentro un espacio para la cabeza de cuatro dedos (mido 1,78 m) y uno bastante holgado para las rodillas. Por su parte, el de carga está bastante bien para tratase de un coche híbrido enchufable: 405 litros.

Motor y prestaciones

El Mini Countryman está disponible únicamente con motorizaciones diésel y gasolina que van de los 136 a los 306 CV de la versión deportiva John Cooper Works. Eso sí, una de las de gasolina es apoyada por un motor eléctrico de 95 CV que trabajando conjuntamente suma 220 CV, 4 menos que el previo a la actualización. 

Se trata del de la prueba, el Mini Cooper SE Countryman ALL4, que equipa un propulsor de tres cilindros en línea de 1.499 cc que rinde una potencia de 125 CV entre las 5.000 y las 5.500 rpm y entrega un par máximo de 220 Nm a 1.500 y hasta 3.800 rpm.

Y como indica su nombre, tiene tracción a las cuatro ruedas: las del eje delantero las mueve el bloque de combustión y las del trasero, el eléctrico.

Equipa un cambio automático de seis relaciones, de variador continuo, que es más rápido al subir de marcha que al bajar. Si echo en falta un poco más de celeridad y, sobre todo, levas en el volante.  

Con todo ello y con sus 1.790 kg, acelera de 0 a 100 km/h en 6,8"; sin duda, una buena cifra. Asimismo, alcanza la velocidad máxima de 196 km/h -135 km/h en modo totalmente eléctrico-. 

Comportamiento

Este SUV híbrido ofrece una conducción muy agradable por la destacada insonorización que tiene y por su buena calidad de rodadura. Además, puedes modular su comportamiento gracias a los perfiles de conducción: Sport, Mid y Green, en el que se ajusta el comportamiento de la dirección, la caja de cambios, la entrega de potencia y el sistema de climatización.

También existen los modos del sistema eléctrico: Max eDrive, para una conducción totalmente eléctrica con la potencia y la velocidad reducidas; Auto eDrive, híbrida; y Save, que reserva parte de la carga para, por ejemplo, entrar en una ZBE.

Puedes circular de forma tranquila, calmada, pero cuando le pides guerra, te la da gracias a sus 220 CV. Y es que tiene un empuje excelente desde bien abajo, y todo ello con un sonido que convence.

También se comporta bien en curva a pesar de su elevado peso debido a que la suspensión, que filtra bien las irregularidades de la calzada, mantiene bastante firme la carrocería, consiguiendo unos cambios de apoyo rápidos. Sí que al realizar los virajes a elevada velocidad, le cuesta entrar, pero me da la sensación de que la culpa la tienen sus neumáticos: unos Pirelli Cinturato P7.

Por su parte, la dirección es durita, y por ello me gusta, sobre todo en una carretera de montaña, pero en parado, independientemente del modo de conducción escogido, me parece que es demasiado pesada, y más para una versión híbrida que no lleva los apellidos John Cooper Works.

Y en cuanto a los frenos, cumplen su cometido, pero, como ocurre con la gran mayoría de coches híbridos y eléctricos, la primera parte del recorrido no actúan, y cuando llega la acción es de forma un poco brusca. 

Durante la prueba del Mini Cooper SE Countryman ALL4, el consumo ha rondado los 7,5 litros y la autonomía eléctrica no ha superado en ningún momento los 40 kilómetros -51 son los oficiales-. He tardado entre unas 3 horas y 30 minutos y 4 horas en cargarlo, puesto que solo es posible hacerlo a un máximo de 3,7 kW -otros pueden hacerlo a 22-. 

Factores para decidir la compra y precio

Se trata de un coche en el que se aprecia la calidad, tanto en su rodadura como en los materiales que equipa el interior -los asientos de cuero son excelentes-. Además, el consumo es moderado, tanto con carga como sin ella.

Asimismo, como híbrido enchufable que es, en la luna luce la etiqueta 0 de la DGT, con todas las ventajas que ella trae, cosa que ningún otro integrante de la gama tiene. Durante la semana de pruebas con el Mini Cooper SE Countryman ALL4 ha sido una gozada moverme por el centro de la ciudad sin preocuparme por acceder a zonas restringidas y aparcar de forma gratuita en la zona de estacionamiento regulado. 

Pero ahora depende de si quieres o puedes desembolsar los 47.110 euros que cuesta con el acabado de acceso, el Essential, que trae de serie faros LED, control crucero, pantalla táctil y aire acondicionado como elementos destacados.