Prueba Mercedes S 500: 435 CV, tecnología 3D, realidad aumentada...

El lujoso Mercedes S 500, con sus 435 CV y sus 140.200 euros, no es ni el más caro ni el más potente de la gama, lo que habla del poderío de este modelo.

Por fuera este Mercedes parece hasta discreto. Pero los fuegos artificiales que le hacen brillar por encima del resto empiezan cuando accedes al interior y descubres un habitáculo que te deslumbra con su espacio, lujo, comodidad y, especialmente, con su tecnología.

Siempre ha sido un referente en todos esos apartados, pero es que ahora ha dado una vuelta de tuerca adicional. 

Tecnología 3D

A nadie sorprende ya que  tenga una pantalla principal de 12,8 pulgadas o que el cuadro de mandos sea digital (12,3"), lo novedoso es que también está disponible con tecnología 3D (desde 6.485 euros con el Paquete Advantage, que incluye techo panorámico, aparcamiento automático y otros muchos asistentes).

También con sistema de realidad aumentada (este sí es de serie), que combinado con el Head-up display te hacen parecer el comandante de una nave espacial. Ningún otro coche del mercado es tan avanzado.

Pero es que lo que te enamora por completo es que pese a ser tan futurista, lo controlas enseguida como si llevaras conduciéndolo toda la vida. Y si no te quieres complicar utilizas el control por voz del sistema MBUX, que funciona de escándalo y el coche hace justo lo que tú quieres sin tener que mover las manos del volante.

Mercedes S 500, con 435 CV

El S 500 está propulsado por un seis cilindros en línea turbo de 3,0 litros con 435 CV y 520 Nm desde tan solo 1.800 rpm, que se envían a las cuatro ruedas por medio de una caja de cambios automática de convertidor de par de nueve velocidades. 

Además, cuenta con el apoyo de un pequeño motor eléctrico de 16 kW (22 CV) para lograr mantener a raya el consumo y beneficiarse de la Etiqueta ECO de la DGT.

Arranca suavemente, pero reacciona de forma enérgica al pisar el acelerador y tiene un sonido bronco y no tan sigiloso como puedas pensar. 

El cambio automático es más suave que rápido, igual que la dirección, pero es que la misión de este coche tampoco es devorar curvas. No obstante, debo reconocer que la suspensión neumática que monta de serie le proporciona un comportamiento sensacional para tratarse de un coche de 5,2 metros de largo y más de dos toneladas. 

La opinión del redactor

"Efectivamente, el Mercedes Clase S no es un coche cualquiera, es un referente, el espejo en el que todos se deben mirar, una obra de ingeniería rodante. Es posible, además, que no vuelva a existir con motor de combustión, así que guardaré esta prueba con cariño en mi memoria". Enrique Trillo.