Prueba: RaceChip Mercedes AMG C 43 Estate. El chip prodigioso

Meterle un chip de potencia a un motor nunca está exento de polémica: ¿Lo aguantará la mecánica? ¿Qué pasa con la garantía? ¿Cómo afecta al comportamiento del coche? Las primeras preguntas las responde el preparador RaceChip en su última creación sobre todo un Mercedes AMG C43 Estate: además de 68 CV extra, añade un par de años de garantía al motor, incluidas revisiones propias. ¿Y qué pasa con los otros aspectos? Lo comprobamos al volante. Prueba: RaceChip Mercedes AMG C 43 Estate.

En recta

En el 0 a 100 km/h, le rasca, incluso al Mercedes AMG C 63 S Estate, casi un segundo: 4,1 frente a 4,8. Y en el 0 a 130 le beneficia a la preparación su cambio automático de nueve relaciones, que apura más los desarrollos. Pero tiene un pequeño defecto: mientras que el modelo de serie, en modo Sport, se mantiene estoico, en esta preparación se nota nerviosismo al volante. La respuesta al acelerador se vuelve tan inmediata, que por ejemplo en ciudad, a la mínima insinuación es habitual que la carrocería bascule. En modo Normal no se aprecian diferencias de respuesta, y otra cosa: en carretera, no se notan agujeros del turbo y llega limpiamente (en autovía alemana) a la velocidad máxima.

VIDEO: Los mejores familiares de AMG

En curva

Las rígidas suspensiones helicoidales KW no armonizan bien con los amortiguadores adaptativos de AMG. En modo Normal filtran poco, en Sport+, son demasiado duras y les falta recorrido. Su único punto de equilibrio está en el modo Sport. 

Emoción

El bramido de este V6 biturbo tiene poco que envidiar al V8 del 63. es una orquesta cautivadora que te erizará el vello cada vez que pises el acelerador.

Día a día

Son 68 CV más, así que tendrás que afinar más con el acelerador, porque las respuesta es tan sensible que se nota hasta el último caballo.

Calidad/precio

Por menos de mil euros, el Ultimate Box de RaceChip ofrece mucha potencia extra por un precio contenido.