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Mercedes Clase A 180 CDI, bienvenido al cambio

Incluso con el motor diésel más modesto, el Mercedes Clase A 180 CDI reniega del ADN que corre por las venas de todos los Mercedes: no es nada aristócrata y ‘comodón’, sino más bien deportivo y juvenil.

Había oído hablar mucho de este Mercedes Clase A 180 CDI. Lo había visto expuesto en más de un aeropuerto y hasta más de un amigo me había pedido que se lo enseñase en cuanto lo tuviéramos en la redacción. Así que, te puedes imaginar las ganas que tenía de hincarle el diente al nuevo compacto de Stuttgart. ¿Convence?

Para empezar, no voy a volver a hablar de la revolución que ha supuesto con respecto a su antecesor. Simplemente te diré que, al volante, la sensación que experimentas en el Mercedes Clase A 180 CDI es realmente buena: espacioso en general, acabados cuidados, posición baja, asientos con buena sujeción lateral... Mercedes no ha defraudado en estos aspectos.

Bajo el capó del A180 CDI tengo a mi disposición los 109 CV que se extraen de un bloque bastante conocido. Se trata de un 1.5 diésel de origen Renault. ¿Sorprendido? Pues sí, el acuerdo entre ambas marcas sigue dando sus frutos. No es una mala idea, ya que este propulsor ofrece un buen funcionamiento en general con unas cifras de consumo bajas. Lo malo es que la marca de la estrella no ha puesto mucho empeño en su aislamiento y se hace demasiado perceptible.

En marcha enseguida me doy cuenta de otra cosa: este Mercedes Clase A va demasiado duro. Vale que monte el acabado AMG Sport, pero las suspensiones no logran filtrar ni el más mínimo bache. Con el paso de los kilómetros, tu espalda y la de tus acompañantes van a acabar bastante perjudicadas. Eso sí, como encuentres una carretera de montaña bien asfaltada, vas a disfrutar de lo lindo.

Ya no tanto por la patada de su motor (bastante modesto en prestaciones) sino por las maneras con las que este Clase A (vídeo del Mercedes Clase A) sabe mantener el tipo en apoyos fuertes. En otras palabras: dinámicamente, este Mercedes Clase A 180 CDI es un tiro. Del lado práctico, tampoco vas a tener quejas. Su radio de giro te permite aparcar con dos simples maniobras y su cantidad de huecos te harán la vida a bordo más fácil. Tampoco va mal equipado (alerta por colisión, asistente de arranque en pendiente, faros bixenón) y, para las compras del día a día y escapadas de fin de semana, su maletero de 341 litros es bastante aprovechable. ¿Me permites un último 'pero'? Su precio es demasiado alto.

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