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Kia Rio 1.4 CRDI, a por el Ibiza

El nuevo Kia Rio 1.4 CRDI ha ganado en calidad interior y en tecnología. Con unas plazas traseras generosas, un buen equipamiento y un motor turbodiésel equilibrado, esta listo para competir con los Seat Ibiza y Renault Clio.

El nuevo Kia Rio 1.4 CRDI quiere codearse de tú a tú con muchos rivales europeos. Los modelos todavía no llegan al nivel de Volkswagen o Peugeot, pero plantan cara sin miedo a Opel o Fiat. Sobre todo en categoría SUV (Sportage) [Prueba Kia Sportage 2.0 CRDi], compacta (cee´d) y urbana (Picanto)[prueba Kia Picanto]. La asignatura pendiente que les quedaba era el segmento de los utilitarios, donde el Seat Ibiza (prueba Seat Ibiza contra Skoda Fabia) campa a sus anchas. ¿Se le va a acabar la tranquilidad? Con esa misión llega el nuevo Kia Rio 1.4 CRDI.

Por fuera, tú decides cuál es más bonito. Por dentro, ya te digo que no alcanza los ajustes del español, ni los materiales. Ha mejorado, pero sigue abusando del plástico duro en la consola y descubro algunos remates mejorables, como los bordes del maletero que dejan a la vista algunas partes metálicas. Tampoco la bandeja que lo cubre es muy robusta y tiene pinta de aguantar pocos trotes…

En cambio, el motor sí que no se va a cansar de hacer kilómetros. Es un turbodiésel con inyección common rail. Desde luego, no me hace falta mirar su ficha técnica para saber que es turbo. Basta con alcanzar las 2.000 rpm y sentir una patada contundente. Eso está muy bien… pero no me hace olvidar la pereza por debajo de ese umbral. Porque a 1.500 vueltas no da señales de vida y eso se hace incómodo cuando llegas a una rotonda o un ceda el paso. También si insertas la sexta velocidad, larguísima de desarrollo (invierte 21,2 segundos en pasar de 80 a 120 km/h). Contiene el consumo (he obtenido unos soportables 5,8 l/100 km en mi recorrido mixto), pero el mínimo repecho obliga a reducir una o incluso dos marchas.

El nuevo Kia Rio 1.4 CRDI ha crecido 5,5 cm frente a su antecesor y la distancia entre ejes ha aumentado 7,1 cm. El aplomo no llega a los niveles de un Ibiza o un 207. Ese crecimiento, en cambio, se nota en las rodillas si me siento en las plazas traseras, porque ven el respaldo de lejos. Sin duda, en este coreano pueden viajar cuatro adultos sin problemas.

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