Prueba: Jeep Grand Cherokee Trackhawk. El SUV más bestia

En esta prueba del Jeep Grand Cherokee Trackhawk hay una cosa que nos ha quedado clara: ningún SUV, hoy por hoy, es tan salvaje como este americano. Te lo contamos al volante.

Bajo el capó abovedado con las "fosas nasales" bien abiertas, el monstruoso V8 de 6.2 litros del Dodge Challenger Hellcat ruge con una voz salvaje y sin inhibiciones. Los 710 CV del Jeep Grand Cherokee Trackhawk y su enorme par de 868 Nm le permiten acelerar de 0 a 100 sus dos toneladas y media en solo 3,7 segundos, apoyado en la tracción integral. Y no para hasta los 290 km/h.

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El estruendo que sale por los tubos de escape es tan fuerte y adictivo que, cuando lo lleves al límite, mejor desecha la idea de mantener una conversación. La suspensión, 2,5 centímetros más baja de lo normal, es deportiva, pero no llega a ser dura. También puedes navegar y moverse de forma relajada a través de pequeñas aldeas, pero este Jeep pide gas, la tentación siempre está bajo el pie derecho.

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Prueba: Jeep Grand Cherokee Trackhawk (7 imágenes)

En esta prueba del Jeep Grand Cherokee Trackhawk nos ha sorprendido una dirección es agradablemente directa y, según el programa de conducción, hasta el 70% de la fuerza de propulsión se dirige hacia atrás. Esto hace que el coloso incluso sea fácil de dirigir en trazados nudosos, con numerosos cambios de apoyo. Un imponente sistema de frenos Brembo de alto rendimiento con discos de 400 milímetros en la parte delantera y 350 milímetros en la parte trasera, garantiza una desaceleración segura.

Y por dentro...

Los asientos deportivos se ajustan bien, y el manejo de los elementos del cockpit,  junto con el sistema de navegación, ha dado un gran paso adelante en los últimos años. ¿Y cuánto piden por esta bestia tan cautivadora? Más de 130.000 euros. A cambio, eso sí, ofrece experiencias difíciles de olvidar.