Jaguar F-Type V8: la bestia se destapa

Dios santo! Tan solo han sido dos segundos con el pie a fondo, pero por un momento pensé que iba a despegar. Menuda sacudida... Hacía mucho tiempo que no sentía un hormigueo así en el estómago y la culpa la tiene el soberbio motor que da vida a este Jaguar F-Type V8, el más gordo de la gama. No pasa desapercibido, pero no solo por su espectacular imagen. El sonido que brota de sus cuatro escapes es la mejor y más sobrecogedora sinfonía que he escuchado en los últimos tiempos en un coche de calle. La combinación entre la brutal sensación de aceleración y la orquesta de cilindros en tus oídos te hace gritar de puro gozo.

Y todo en este Jaguar empieza al pulsar cuatro simples botones. El primero, el de arranque, da vida al V8; después, justo detrás de la palanca, el que te deja a cielo descubierto en menos de doce segundos. Luego falta por accionar el que aumenta los decibelios del escape y, por último (y para dar rienda suelta a tus sentidos) hay que meter mano sin miedo al 'Dynamic Mode'. Tras esta sencilla sucesión, ya está todo listo para que te sujetes fuerte al volante y empieces a sentir cómo la adrenalina recorre todo tu cuerpo. ¿Estás preparado?

Lo mejor es que pongas la palanca de cambios en el carril secuencial para que seas tú quien elija como y cuando cambiar. El Jaguar F-Type V8 tiene ocho relaciones de una caja de funcionamiento rápido, pero que tampoco es del todo brusco. Y voilà, pie a fondo... La electrónica hace que tus ímpetus no desboquen los 495 CV que braman bajo el capó y deja todo en su sitio. Bueno, todo no, porque para entonces tu cuello se habrá pegado al respaldo de forma instantánea y tus manos se habrán afanado en intentar mantener la trayectoria. Primera, segunda... pasar ya a tercera significa que tienes mucho espacio por delante, porque si la estiras hasta la zona roja vas a alcanzar los 163 km/h. ¡Qué pasada! Bueno, en realidad, todo en este Jaguar F-Type es excesivo y te obliga a no perderle nunca el respeto. Dominar su caballería requiere adaptación, manos y un poco (bastante) de sentido común.

Con tacto, el comportamiento puede ser tan divertido como excitante. Eso sí, debes anticiparte a sus reacciones: al eje delantero no le falta precisión, pero si no calculas bien la velocidad vas a morrear de lo lindo... y si a la salida de las curvas te pasas con el gas, más vale que seas ágil de manos. Al final, casi toda la responsabilidad recae en lo fino que seas con el pie derecho. Si lo eres, este el Jaguar F-Type V8 es muy disfrutable y pasarás por alto sus pecados, como un peso muy alto o un maletero escasísimo. No tiene la dinámica de un Porsche 911 (aquí tienes el cara a cara), pero no vas a ir siempre de circuitos con él...