Prueba Ford Focus 1.5 TDCi 120 CV, un diésel de los de siempre

Atento a esta prueba del Ford Focus 1.5 TDCI 120 CV. Aunque el año pasado el Ford Focus se cayó del Top 10 entre los coches más vendidos en nuestro país, siempre ha sido uno de los grandes protagonistas de nuestro mercado, emparejado en los primeros puestos durante muchos años con su rival por excelencia, el Renault Mégane. Y es que si buscas un coche medio, por tamaño, motor, prestaciones y mantenimiento, el Focus siempre ha sido un valor seguro. Y ahora, con el Ford Focus 1.5 TDCi 120 CV, todavía más.

La normativa Euro 6 ha obligado a los fabricantes a utilizar el famoso 'downsizing' en sus mecánicas, con la intención de reducir sus emisiones contaminantes. Pero el mercado no admite bien un paso atrás en potencia o prestaciones y un buen ejemplo es la nueva motorización de este Focus que viene a sustituir a la anterior 1.6 TDCi de 114 CV. Se ha reducido la cilindrada hasta los 1.500 cc, pero se han aumentado seis caballos hasta llegar a los 120 CV.

Por supuesto, también se ha reducido el consumo, no solo por la disminución de cubicaje, sino por la introducción de algunos sistemas como el arranque y parada automáticos del motor. Con todo esto consigue homologar un consumo de menos de cuatro litros cada 100 km, para ser exactos 3,8; lo que en la realidad se queda en unos cinco litros. Sobresaliente, sobre todo si compruebas cómo anda.

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Ford Focus 1.5 TDCi 120 CV (10 imágenes)

Y es que el Ford Focus 1.5 TDCi 120 CV muestra un ímpetu impropio de su cilindrada y potencia,  en aceleraciones, lineales, sin una gran patada del turbo al entrar en acción; y sobre todo en recuperaciones en marchas largas y hasta las 4.000 rpm. Teniendo en cuenta que en sexta, a 120 km/h, circularás a 2.200 rpm, cualquier adelantamiento por debajo de esa velocidad en alguna marcha inferior, será coser y cantar.

Además, su nivel de vibraciones y sonoridad es muy contenido, por lo que viajar con él se hace muy agradable. Es cierto que su amortiguación podría ser más blanda, pero el compromiso entre confort a bordo y contención de los balanceos me ha parecido también muy equilibrado y adecuado. Su chasis logra combinar dinamismo y confort y la dirección es sorprendentemente comunicativa y precisa. Resulta muy aplomado en virajes rápidos y ágil y preciso en curvas más lentas y cerradas.

A todo esto se le une un cambio manual de seis velocidades y buen tacto, con recorridos cortos e inserciones precisas, que se suma a la buena experiencia de conducción que transmite en general esta versión turbodiésel.

En su interior nada cambia respecto a otras versiones y el único punto a mejorar sería la anchura para los pasajeros traseros y poder abatir los asientos con un solo gesto.

Por cierto, atención con el precio, porque aunque el que ves en la ficha técnica es el oficial, puedes encontrar descuentos de Ford del orden de 6.000 euros, por lo que puedes tener este TDCi de 120 CV a tope de equipamiento por unos 20.000 euros. El último motivo para recomendarte que lo valores y que lo pruebes antes de elegir cualquier otro compacto... 

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