Prueba del Ford Fiesta ST-Line 1.0 155 CV MHEV: siempre es Fiesta

A veces no hace falta irse al modelo más deportivo o al motor más gordo para disfrutar de ciertas sensaciones. Y estas no pasan únicamente por una buena aceleración, un apoyo óptimo en curva y una dirección comunicativa, sino que se complementan la mar de bien con ese sentimiento de haber hecho una gran compra, por haber podido sacarle el máximo partido tanto a diario como en una excursión el fin de semana, por acabar el mes ahorrando dinero en gasolina... o por haber podido aparcar en la puerta de un restaurante o de un teatro en plena zona de bajas emisiones de tu ciudad. ¡Y hay utilitarios así! Por ejemplo, el Ford Fiesta ST-Line 1.0 155 CV MHEV de esta prueba.

El utilitario norteamericano, si sabes combinarlo según tus gustos y necesidades, sigue ofreciendo, como siempre, una buena oferta de motores y configuraciones sin el sobreprecio de un SUV a la moda (rondaba los 18.000 euros, pero ahora mismo hay un Limited Edition básico, de 75 CV, desde 13.670 euros y con sólo una semana de plazo de entrega). Y además, tiene un aspecto ligeramente actualizado en 2021.

Ver galería

Prueba del Ford Fiesta ST-Line 1.0 155 CV MHEV (4 imágenes)

Para combinar lo pasional con lo razonable, nosotros hemos optado aquí por una estética similar al todopoderoso ST de 200 CV (desde 24.060) pero con el sensato y versátil bloque microhíbrido de un litro al que, no creas, se le ha estirado la potencia hasta los 155 CV.

Desde 20.261 euros (con un descuento de 4.234) este Fiesta ST-Line 1.0 EcoBoost MHEV de la prueba es 1.735 euros más caro que su equivalente de 125 CV. Y el salto en sus reacciones y su eficiencia energética se nota muchísimo, sobre todo a la hora de exigirle más en carretera. 

Sus cinco puertas facilitan las cosas y no afean el conjunto. La quinta da acceso a un maletero un poco justo (311 l), aunque sus reducidas dimensiones exteriores te reconcilian con él en los atascos y callejeos rutinarios. 

Comparativa: Ford Fiesta ST vs Hyundai i20 N Performance

Al volante tienes todo a mano, aunque el botón de modos de conducción (Eco, Normal, Sport) está situado un poco más lejos, junto a la palanca de cambios manual de 6 velocidades (no se puede elegir automático), que es suave, pero le falta un punto de precisión en carreteras y longitud de desarrollos en ciudad (donde su batería de 48 CV lo hace aún más ahorrador). 

Eso sí, como donde se encuentra más cómodo es en los regímenes medios y altos de vueltas, su comportamiento general es aún más brillante en territorios interurbanos que en el centro de los atascos (para los que sería mejor tirar por motores más cómodos y acabados más comodones (Trend, Titanium o incluso el lujoso Vignale).

Pero ojo, que no es nada fácil tocar tantos palos y que en todos, un cochecito así te deje tan buen sabor de boca...