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Prueba: BMW 850i: ¿Gran Turismo o deportivo radical?

Prueba del BMW 850i

¿Estamos hablando de un deportivo? Vemos: el BMW 850i pesa casi dos toneladas, pero va cargado de tecnología para poder moverse con agilidad. Pero, ¿un deportivo auténtico? Nos ponemos al volante para comprobarlo. Prueba: BMW 850i.

Lo mejor para exprimirlo, es una autovía alemana sin límite de velocidad. En cuan veo la señala que permite circular con total libertad, hundo el pie derecho. Y este coche no rueda: vuela. Los 530 CV se sienten desde el principio, casi sin darme cuenta el velocímetro marca los 260 km/h.

VÍDEO: Así acelera el M850i

Diseño, diseño y diseño

El Serie 8 sucede al BMW Serie 6, del que la marca ha vendido 140.000 unidades en todo el mundo. Pero hoy, un coupé de lujo de estas características no lo tiene tan fácil, con el auge de los SUV y los eléctricos. Por eso ponen toda la carne en el asador en cuanto a diseño, y también en potencia: 530 CV frente a los 462 de antes.

Así, pasa de 0 a 100 km/h en unos ridículos 3,7 segundos, una marca que lo pone muy cerca del BMW M5. Dentro tiene un ambiente cargado de lujo con mucho cuero y tecnología. En la segunda fila, hay dos plazas que conviene limitar a situaciones de emergencia. El maletero cubica un máximo de 420 litros.

En cuanto al manejo de los elementos de control, sigue estando la rueda que ya conocemos de BMW, solo que ahora hay que navegar por más menús. BMW lo llama 7.0, y no es precisamente sencillo. Y no me ha convencido el hecho de que la aguja digital del cuentavueltas vaya en el sentido contrario a las agujas del reloj. No es muy claro. Y la visibilidad hacia atrás, por sus líneas coupé, no es especialmente buena.

Así se comporta

Su tracción total y su excelente cambio automático trasladan con mucha entereza los brutales 750 Nm de par. Con todo, el piloto del DSC brilla de vez en cuando. El M850i lleva de serie un diferencial con bloqueo deportivo, y llantas de 20 pulgadas con neumáticos Bridgestone desarrollados específicamente para este modelo. El chasis es adaptativo, para combinar agilidad y confort. Un Gran Turismo en toda regla. La dirección es a las cuatro ruedas, y eso da un plus estabilidad.

Prueba del BMW 850i
Toni Bader / AUTO BILD

Lo mismo que el control de balanceos opcional que montaba nuestra unidad de pruebas. Me ha llamado la atención, en cualquier caso, que en curvas rápidas no marca trayectorias limpias, sino que tengo que estar corrigiendo con el volante todo el rato. Y en autovías el tacto de la dirección es algo difuso. No me lo esperaba, porque la precisión de la dirección pertenece al ADN de BMW.

En cualquier caso, pisar el acelerador de este coche y salir lanzado hacia la línea del horizonte mientras el cambio inserta a la velocidad del rayo, es un placer indescriptible. También acústico, claro está.

¿Cuál es tu coche ideal?

Valoración

Nota8

En esta prueba del BMW 850i nos preguntamos si estamos ante un Gran Turismo o deportivo radical. Y nada mejor que una autovía alemana sin límite de velocidad.

Lo mejor

Diseño, acabados, motor, cambio automático de 8 velocidades.

Lo peor

Precio muy elevado, consumo, echamos de menos una dirección más directa.

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