Prueba Audi Q8 60 TFSI e quattro: lujo por ‘quattro’

Un pariente (muy) adinerado me llamó en vacaciones -mías, que él no trabaja y vive literalmente de las rentas- para consultarme acerca de un SUV grande, lujoso, dinámico y con el que pudiera viajar con toda la familia sin restricciones de etiquetas. 

Así que cuando le pregunté cuánto se quería (que no, cuánto se podía) gastar, su risa al otro lado del teléfono me hizo bajar al garaje y dejar que el Audi Q8 60 TFSI e quattro que tenía para probar me recibiera con todos los honores lumínicos. 

Metí la directa y me deslicé suave y cómodamente por la ciudad y unos tramos de carretera hacia la urbanización de lujo en la que vive esa parte de mi familia.

La costumbre de circular con tanto enchufable, tan pocos postes de recarga alrededor, mi conciencia ecológica y las ganas de conservar algo de batería para enseñar al posible cliente el modo totalmente eléctrico en el que este Audi Q8 puede recorrer unos 45 km hacía que me olvidara de cualquier modo sport y aplicase todas mis técnicas de ahorro. 

Un poco ridículo cuando vas sentado en un coche de seis cifras que no tiene inconveniente alguno en poner en marcha su motor térmico cuando sea necesario y empezar a quemar gasolina indefinidamente (en realidad no necesita la electricidad para funcionar), ¿verdad? 

Hay algo de prisa, aunque lo primero que hace mi pariente es echar un vistazo 360º y decir, sin subirse siquiera, un rotundo y atronador "me encanta". Pero por ese dineral, ¿tú antepondrías tanto la estética al ahorro o a las prestaciones a bordo? 

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Prueba Audi Q8 60 TFSI e quattro (7 imágenes)

¡Parece que sí! Look, acabados, tacto, calidades... y todo tipo de personalizaciones -que pueden costarte desde unos cientos de euros a más de miles son posibles aquí. Y dejarse mimar desde el minuto uno parece que es algo que sí que viene de serie. 

Al cruzarme con un BMW iX, un Mercedes GLE y un Porsche Cayenne, comprendo mejor por qué Audi necesitaba en su catálogo un enorme SUV superior al Q7-y PHEV-como este, con un aspecto imponente pero refinado, 462 CV para moverse con mucha soltura con su tracción total... e innumerables detalles de confort. 

Pronto se cuelan en la segunda fila del Q8 nuevos probadores, que se lanzan como posesos a regular por sí mismos la climatización, piden wifi... ¡Se les oye a ellos más que al discreto y eficaz sistema híbrido! 

Si mi bolsillo no tuviera telarañas, los protegería más con extras a medio camino entre lo práctico y lo caprichoso, como las lunas tintadas (560 euros) y las cortinillas posteriores (745), aunque no cogería el aislante acústico extra (620 euros) ni otras caras pijadillas: este Q8 ya se basta y se sobra para conquistar con mucho más que quattro cosillas.

Carrocería: 3,5/5

Imponente, equilibrada, pero larguísima, lo que le proporciona un 'look' más de SUV-coupé que de todocamino sin restar habitabilidad

Motor: 4,5/5

Esta mecánica híbrida enchufable (PHEV) es de lo más versátil y potente que tiene Audi y te asegura la codiciada pegatina Cero.

Comportamiento: 4,5/5

Su sistema híbrido es refinado y trabaja muy bien. La diversión está ahí y no en sensaciones 'racing'.

Conectividad: 4/5

Con Android Auto y Apple Car Play, puedes ponerle hasta receptor de TV digital de pago o sistema de sonido de lujo... ¡pero por 9.000 euros más!

Medio ambiente: 4/5

Apesar del desembolso inicial y su potencia, los valores combinados son muy razonables. Y todo PHEV se premia con pegatina Cero...

Confort: 5/5

Es quizás el punto más fuerte del Q8 híbrido enchufable tope de motor. Y le damos la máxima nota porque de serie ya viene equipadísimo.

Costes: 2,5/5

Para viajar tranquilo, cuesta justificar el salto del Q8 55 TFSIe quattro de 381 CV (87.650 euros) a este, así como el PVP de tantos extras.

Mi opinión

Parece mentira que la tecnología pueda dominar así la física y lograr que esta bonita bestia de 2.515 kg haga malabares con sus 462 CV para que flotes por cualquier superficie de forma ágil, equilibrada e incluso económica... Pero sólo en su consumo, claro, porque los precios son prohibitivos.