Prueba: Audi A3 Sedan 2020

Detrás

Para acceder a las plazas traseras del Audi A3 Sedan debo agachar un poco la cabeza, pero lo cierto es que aquí detrás me siento muy desahogado. Mido 1,80 metros de altura, y aún tengo bastante espacio sobre la cabeza. También tengo margen suficiente para las rodillas en este Audi, de modo que alguien de mi estatura va muy confortable en la segunda fila. Y el maletero es generoso, con 425 litros. 

Audi ha usado 45 botellas de pet en este coche, tanto en los forros de los asientos como en el revestimiento del maletero o en las alfombrillas, y sinceramente, todo desprende la misma calidad a la que nos tienen acostumbrada la marca, que además se pone al día en compromiso con el medio ambiente. 

Delante

En el puesto de conducción voy realmente cómodo, en el paquete S-Line los asientos son extremadamente confortables y con un muy buen agarre lateral. 

Esta unidad de pruebas va equipada al máximo, de modo que tengo un cockpit totalmente digital, navegador, cambio automático… Te aconsejo, por cierto, que lleves un pañuelo a mano, porque con tanto control táctil, las marcas de las huellas se quedan con facilidad. 

Por cierto, yo había criticado en otros Audi que la pantalla fuera más baja de lo habitual porque obliga a inclinar la vista, pero lo cierto es que la de este A3 es realmente cómoda de manejar con los dedos, porque queda muy a mano. 

¿Para solucionar lo del campo de visión? Pide el head-up display, y rara vez desviarás los ojos de la carretera, porque la información primordial siempre estará frente a ti. 

Para el mando del volumen no existen las típicas ruedas, pero sí un disco táctil en la consola central que permite deslizar el dedo, y me parece una muy buena alternativa. 

Por fuera

Si ves acercarse a este coche por el espejo retrovisor, no sabrás si tienes tras de ti la versión de cinco puertas o el Sedan, porque por delante son exactamente iguales. Y me parece fantástico, ya que me encantan la parrilla Single Frame y las luces con 15 diodos de led. 

¡En marcha!

Vamos en el modelo 35 TFSI, s-tronic, esto es: gasolina de 1,5 litros, 150 CV y cambio DSG. Y se conduce, exactamente, como cualquier Audi A3. Se basa en la plataforma MQB Evo del grupo que también conocemos del Volkswagen Golf 8, aunque en Audi han optado por un ajuste un poco más deportivo. 

Esto significa que el tarado algo más firme que en el Golf, hay algo más de comunicación con la carretera. El volante queda muy bien en las manos pero este no va achatado por abajo, que para mí es más cómodo y más deportivo al mismo tiempo. 

Tengo que decir que ahora, las salidas de los semáforos con el DSG desde el Start Stop son más espontáneas y armónicas de lo que conocíamos en modelos anteriores con esta configuración. Y eso es gracias al sistema de 48 voltios que llega a bordo. 

En general, es un coche de reacciones nobles con una dirección precisa y directa, y aunque el motor no es un prodigio de potencia, sí que permite llevar este coche a ritmos alegres sin problemas. Tal vez me gustaría un poco más de ‘punch’ al pisar a fondo, pero creo que este 1,5 litros casa a la perfección con el rodar elegante del coche. 

El DSG, en marcha, no tiene las reacciones nerviosas que conocía de modelos anteriores con esta transmisión, y ahora tiene un funcionamiento limpio y fluido, lo que aporta a la comodidad general que transmite el coche. 

En definitiva, el Audi A3 Sedan no es necesariamente un A3 mejor, pero sin duda, es más elegante.