Prueba Alfa Romeo Stelvio 210 CV Veloce, pura fuerza y diseño

Pareció una herejía cuando se lanzó al mercado, allá por en 2016. ¿Cómo una marca de una tradición tan deportiva como Alfa Romeo iba a sacar un SUV? Pues los tiempos cambian y los resultados (económicos) y sin esos coches no hay paraíso. Que se lo digan a Porsche...

Por eso la firma del biscione hizo frente a todas las críticas y puso a la venta un Alfa Romeo Stelvio que calló todas las dudas nada más ver su diseño. Desde luego es diferente al resto, es como una berlina deportiva sobre elevada. ¿Se conduce igual? Es lo que vamos a ver en esta prueba del Alfa Romeo Stelvio 260 CV Veloce.

Diseño e interior

Primero, los cambios del rediseño que sufrió en 2020, justo en la mitad de su vida comercial. A nivel exterior apenas hay modificaciones, porque todas las novedades se centran en un interior con un punto más de calidad y, sobre todo, más tecnología y conectividad.

Un nuevo material más aparente recorre el salpicadero, mientras el aluminio y la madera se mezclan con el cuero en detalles de acabado. Más importante es el estreno de una nueva pantalla multifunción en el centro, orientada hacia el conductor y que permite personalizar las funciones de inicio a gusto de cada conductor.

La tecnología de conectividad mejora varios cuerpos en este rediseño, como exigen además los nuevos tiempos. Todo el cuadro se orienta hacia el conductor, los asientos envuelven la espalda como ningún otro SUV del mercado y detalles como unas levas para el cambio enormes o el famoso selector DNA le confieren la deportividad exigible a todo Alfa Romeo

Llega la hora de ponerse en marcha después de acceder al interior con una función de apertura de puerta sin llave que funciona de maravilla. La postura es elevada, pero entre los refuerzos laterales del asiento y los relojes, la impresión es tan envolvente como deportiva.

Así funciona su motor

Arranco pulsando el botón situado en el volante (guiño a la competición) para ver como respira su motor diésel. Sí, diésel, que siguen existiendo y algunos apenas demuestran su naturaleza por sonido o vibraciones. Este Stelvio está bien aislado y se mueve gracias a un bloque turbodiésel de 2,2 litros y 210 caballos de potencia.

Se asocia a un cambio automático de ocho velocidades, con esas enormes levas que permiten usarlos con independencia de lo que gires el volante. Las transiciones entre marchas son muy rápidas, sobre todo a la hora de reducir para afrontar, por ejemplo, un adelantamiento. Más todavía si selecciono el modo D del selector DNA.

Comportamiento dinámico y prestaciones

Entonces es cuando el Stelvio se pone rojo (literal porque cambian los tonos del cuadro de relojes) y saca a relucir todo su genio. En términos de sonido no se nota mucho porque el aislamiento es muy bueno, pero sí que siento que la entrega de potencia es más inmediata y la suspensión aumenta su firmeza.

En el comportamiento dinámico tiene el italina una de sus grandes virtudes y con este modo más todavía, porque de control de estabilidad interviene menos y aumenta la diversión si tienes buenas manos. El sistema de tracción integral Q4 que equipa esta versión se mantiene activo, con lo que su respuesta es muy estable y neutra, incluso aunque eleves la velocidad del paso por curva.

Las inercias, en cambio, si que se sienten más que en el resto de la gama Alfa Romeo, y es que la mayor altura de un SUV se tiene que notar por algún lado. Si quieres ganar comodidad, pasa al modo Normal del DNA y ganarás puntos en confort.

Bajar de los siete segundos en la aceleración 0-100 km/h pese a rozar los 1.800 kilos en la báscula (demasiado peso) habla a las claras del buen hacer de su motor, que aunque declara un consumo medio de 6,4 litros... lo cierto es que en la prueba se acerca a la barrera de los 7,5 l/100 y la cifra sube si abusas del modo Dynamic.

Precio/Rivales

Y es que el Stelvio no es un todocamino que quiera competir en cuestiones de precio o economía de uso, su batalla es con los SUV premium. La mejor prueba de ello está en su precio, que se va hasta los 62.000 euros para colocarse como rival de los Audi Q5 o BMW X3. 

Desde luego no rivaliza con un Seat Ateca... tampoco en cuestiones de maletero, pues con 499 litros se queda por debajo de la competencia. El italiano quiere presumir de diseño y fuerza y eso, desde luego, lo consigue con creces