¿Por qué mi coche se para solo? Te damos 3 posibles motivos
Si nuestro coche se para solo, obviamente es que tenemos un problema mecánico. Puede ser más o menos grave, pero lo que está claro es que las causas pueden ser de lo más variopintas. Vamos a repasar tres de las más comunes, por si acaso te toca pasar el mal trago. Son las siguientes.
No te pierdas: Las 5 averías de coche más frecuentes
1. Problemas en el sistema eléctrico
Con tanta electrónica como tienen los coches de hoy en día, un fallo en esta parte puede hacer que el coche se detenga. De hecho, muchos de los sistemas llevan aparejados alarmas de seguridad que el vehículo puede identificar como averías graves cuando no lo son, 'ordenando' una detención por pura seguridad.
2. Problemas con el combustible
Si el coche se para solo también puede ser que te hayas quedado sin combustible, ¿no? Bromas aparte, son varios los problemas derivados de aquí que pueden hacer que nos quedemos tirados. Por ejemplo, el filtro del carburante puede estar obstruido, provocando una parada imprevista. También puede ser que haya una avería en la bomba de combustible, lo que causará que éste no llegue con suficiente presión y el motor no pueda alimentarse como es debido. Otra de las causas probables puede ser un fallo en los inyectores, que pueden estar sucios o averiados, sin olvidar que el circuito que los hace funcionar también puede presentar un problema.
3. El sistema de escape
Si nuestro coche arranca y se para a los pocos minutos sin posibilidad de volver a ponerlo en marcha, el problema puede estar en un sistema de escape que por la razón que sea se haya saturado. Puede ser que el catalizador esté así, de ahí el que se caliente y pueda dañarse. Esto suele ser una causa directa de tener las bujías sucias, o válvulas de escape que no estén en perfectas condiciones.
También puede ser que el circuito del escape esté obstruido o dañado en algún punto, provocando que los gases no tengan a dónde ir en un momento dado. Esto genera una presión que se opone al flujo y provoca la detención del motor. Puede que puedas volver a arrancar si esta presión se desvanece, pero volverá a aparecer seguro, con lo que el propulsor volverá a morir.
En cualquier caso, sufrir una parada súbita del coche cuando vamos en marcha es siempre sinónimo de acudir al taller. Será allí donde nos digan exactamente lo que nos pasa. Es vital cuando acudas que expliques con detalle en qué circunstancias se ha producido la detención, ya que solamente así el mecánico podrá ir al grano directamente.
Descubre más sobre Jorge Morillo, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Autobild España.