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Discos de freno, estos son todos los tipos que hay

Discos de freno
Los discos de freno de un coche son una de las partes más importantes del mismo, y desde luego una pieza fundamental a la hora de determinar la capacidad de detención del mismo. Repasamos todos los que existen.

Los discos de freno de los vehículos son una de las partes del mismo que más importancia tienen. Al fin y al cabo son uno de los responsables directos de que podamos decelerar con eficacia y seguridad. Existe de diferentes tipos, cada uno con sus ventajas y sus inconvenientes. ¿Cuáles son los mejores discos de freno de coche? Vamos a ver qué ofrece cada uno.

El disco de freno macizo, también conocido como sólido, es aquel que se compone de una sola pieza. Es habitual que los equipen los coches más pequeños, puesto que les cuesta más disipar el calor generado por el rozamiento de las pastillas. Recordemos que un exceso de temperatura en los discos de freno puede causar una avería que derive en un accidente.

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¿Qué podemos hacer para disipar mejor este calor? Para eso están, por ejemplo, los discos de freno ventilados. Se trata de un sistema que dispone dos discos separados por canales radiales, de tal forma que permite pasar aire entre ellos. Esta corriente permite evitar el sobrecalentamiento y una posible rotura. Además, este tipo de discos aumenta la duración de las pastillas.

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Otra de las soluciones que ha llegado con el paso del tiempo al mundillo de los discos de freno son los discos perforados. Además de lograr que la pieza pese menos, los agujeros que presenta están pensados para que el fundido de freno, que es el conjunto de partículas y gases que se generan al decelerar, no incida de forma negativa sobre la capacidad de frenada. En los discos que no están perforados es posible que se genere una capa de suciedad que afecte al buen hacer de las pastillas.

Aquí entra en juego el material de los discos de freno del coche, puesto que las perforaciones se pueden convertir en puntos de tensión, algo que puede derivar en la formación de grietas. Por ello se fabrican en hierro fundido con carbono, lo que permite una mayor resistencia a todos los niveles. Con el paso del tiempo, eso sí, el desarrollo de las pastillas de freno ha logrado que no haya que recurrir tanto a las perforaciones de los discos, puesto que de ellas salen menos partículas y gases. Y si estos discos presentan estos riesgos, ¿por qué se siguen usando? Hay que tener en cuenta que las demandas de un coche de calle no son especialmente extremas en términos de frenada, con lo que son riesgos asumibles.

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De los discos de freno perforados pasamos a los discos de freno rayados, que tienen un objetivo y un rendimiento similar. Eso sí, además de permitir que los gases de las pastillas sean evacuados, también hacen una especie de raspaje sobre las mismas que las limpia. De esta forma mantienen su capacidad de mordida intacta, aunque en el debe apuntamos que afecta a su duración.

También existen unos discos de freno que combinan las perforaciones y las rayas. En este caso las perforaciones se realizan de forma parcial, lo que permite que la estructura del disco como tal no sufra y, además, los gases y la suciedad que vienen de las pastillas tengan salida.

El calor generado durante las frenadas es uno de los principales enemigos de los discos de freno.
El calor generado durante las frenadas es uno de los principales enemigos de los discos de freno.YouTube

Derivados del mundo de las motos están los discos de freno ondulados, que permiten la fabricación de piezas más ligeras que todas las anteriores y una capacidad para evacuar el calor mayor. Audi es la marca que más ha apostado por esta solución, a la que ha denominado Wave.

Nos quedan por comentar los discos de freno carbocerámicos, ideales para disipar el calor presente durante las deceleraciones. Es por ello que en competición se utilizan, puesto que las demandas de frenada son mucho mayores y más constantes. Además, este tipo de discos resisten mucho mejor las posibles deformaciones derivadas de un uso intenso. El problema que tiene el sistema es que es mucho más caro, de tal forma que queda reservado a los vehículos de más altos vuelos, que incluso por norma general lo suelen ofrecer como opción. También influye que las pastillas de freno que demandan suelen ser específicas. ¿Y los tipos de pinzas de freno? Eso es otra historia que os contaremos otro día...

Ya que hemos llegado hasta aquí, ¿quieres saber cuál es tu coche ideal?

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