10 razones para hacer un curso de conducción de moto

Por lo menos existen 10 razones para hacer un curso de conducción de moto. Así de claro lo tienen en la DGT, que explican, en primer lugar, que un motivo para seguir una de estas clases teóricas, pero sobre todo prácticas, es ganar pericia y aptitud a los mandos para evitar sustos y percances, sean de la gravedad que sean.

Además, esa ganancia redunda directamente en una diversión mucho mayor cada vez que salgas a montar, una situación que, sin lugar a dudas, encontrarás más placentera. En tercer lugar, Tráfico recuerda que esta clase de cursos permite aprender a anticipar de mejor manera las reacciones del resto de usuarios de la vía, sobre todo de los conductores de coche, y también que enseñan a mirar, a detectar obstáculos y a no distraerse.

En quinto lugar, destaca que cursos así ayudan a prevenir situaciones arriesgadas que derivan en accidentes hasta en un 80 por ciento de los casos, y en sexto que 'resetean el chip' de más de un motero para aprender a sentarse mejor y jugar de mejor manera con pesos, dosificación de gas y equilibrio en general.

En séptimo lugar, la DGT advierte que las clases para apreder a montar bien en moto enseñan a evitar ángulos muertos por nuestra parte que terminan en esa maldita frase de "no vi la moto", y en octava posición que corrigen y optimizan nuestra habilidad para frenar en situaciones extremas, como firmes deslizantes (recuerda, juntando las piernas todo lo posible al depósito y semi flexionando los antebrazos) y curvas.

Por último, señala que esta clase de cursos enseña a negociar como se debe giros, curvas y glorietdas, y termina indicando que, para colmo de bienes, permiten compartir experiencias que, seguro, siempre serán bienvenidas.