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¿Es el hidrógeno una alternativa real al coche eléctrico de baterías?

Hidrógeno
Los coches eléctricos impulsados por baterías copan la actualidad automovilística, pero ahí están también los que usan hidrógeno para desplazarse. ¿Son realmente una alternativa a los primeros?

El coche eléctrico es el presente y el futuro de la industria de la automoción. Todo claro hasta ahí. Sin embargo, hay quién sostiene que son los coches impulsados por hidrógeno los que realmente supondrán el paso definitivo hacia la movilidad sostenible. ¿Son realmente una alternativa?

Los vehículos de pila de combustible funcionan porque el hidrógeno, que no es sencillo de obtener como tal a pesar de que lo tengamos en algo tan común como el agua, se oxida. En ese momento los electrones que pierde son los que forman una corriente eléctrica que circula a través de las pilas para mover el motor eléctrico en cuestión. Las únicas emisiones que tenemos son de vapor de agua. Así funciona, grosso modo, esta tecnología.

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Por desgracia a día de hoy no son una alternativa viable para la movilidad simplemente porque son demasiado caros. Ahí está, por ejemplo, el Hyundai Nexo, el primer vehículo matriculado en España con un motor de este tipo. Su precio de salida roza los 70.000 euros. Si observamos modelos eléctricos impulsados por baterías su coste puede llegar a ser la mitad. Y eso que ya son caros respecto a los vehículos de combustión de toda la vida.

La segunda generación del Toyota Mirai ya se ha anticipado como concept car.
La segunda generación del Toyota Mirai ya se ha anticipado como concept car.

Eso no impide que la tecnología como tal tenga mucho potencial. Si todos los fabricantes hacen fuerza para desarrollar los coches de pila de combustible de hidrógeno, los precios acabarán por bajar en un momento dado, de tal forma que se convertirán, entonces sí, en una alternativa real a los eléctricos de baterías. Además presentan una ventaja que puede ser determinante respecto a estos. Un coche eléctrico alimentado por baterías tarda en recargarse, en el mejor de los casos, una media hora, mientras que llenar un tanque de hidrógeno no nos llevará más allá de unos minutos.

En el debe de los coches de hidrógeno respecto a los eléctricos alimentados por batería hay algunos puntos. Por ejemplo, a día de hoy existen muy pocas estaciones de servicio donde se pueda repostar hidrógeno, especialmente en España. Esta es otra de las razones por las que hoy en día estos vehículos no son una alternativa. Además, el coste para el usuario es mayor que el de la electricidad, pero menor que el que tenemos que afrontar al repostar con un coche diésel o de gasolina.

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Otro de los puntos en los que sale perdiendo un coche de pila de combustible de hidrógeno respecto a un eléctrico de baterías es en su eficiencia energética. Sigue siendo actualmente más eficiente usar energía para cargar las baterías que romper las moléculas de agua para generar hidrógeno. Y si utilizan menos energía y son más baratos de operar, tienen gran parte de la batalla ganada.

A pesar de todo esto, conviene no olvidar que la tecnología del hidrógeno es algo aún más novedoso que la de los coches eléctricos impulsados por baterías. Si observamos el desarrollo de esta última cuando estos vehículos se han popularizado, sólo podemos mantenernos expectantes con lo que pueda suceder en el futuro con el hidrógeno. Si sigue un camino similar, lo dicho, será una alternativa. ¿Llegará ese momento? Ni los propios mandamases de los fabricantes lo saben...

Ya que hemos llegado hasta aquí, ¿quieres saber cuál es tu coche ideal?

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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