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Turbo rotondas, así hay que circular por ellas, según la DGT

Turbo rotonda

Claudia Pacheco

Las turbo rotondas son cada vez más populares en las ciudades.

Las rotondas están totalmente integradas en la vida de los conductores, pero no tienen demasiados años. La primera glorieta se construyó en 1976 en el municipio mallorquín de Palmanova. Este sistema de circulación fue todo un éxito para evitar la congestión del tráfico y el país supera ya las 80.000 rotondas, algunas más peligrosas que otras.

Las turbo rotondas llegaron a España en 2009 y son muchas las ciudades que las han instalado para distribuir el tráfico y reducir la siniestralidad en puntos de concentración de accidentes. Su origen se remonta a Países Bajos en los años 90 como una forma de reducir los choques laterales derivados de los cambios de carril en las salidas.

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Esta solución agiliza el tráfico en las glorietas, aunque los conductores deben conocer algunas normas básicas para circular por ellas. Estas rotondas delimitan los carriles para cada salida, lo que impide que los vehículos puedan cambiarse libremente como sucede en una glorieta al uso.

"Las turbo rotondas son más sencillas, hay menos toma de decisiones y tienen mayor capacidad", ha explicado la DGT. Al eliminar los cambios de carril en la circulación interior, se reducen los puntos de concentración de accidentes, cada carril tiene sus correspondientes salidas y las líneas continuas obligan a utilizarlas. 

¿Cómo circular por las turbo rotondas?

Turbo rotonda

Getty

Las turbo rotondas diferencian el carril de entrada y de salida. El carril derecho (exterior) se utiliza para abandonar la rotonda en la primera o la segunda salida ya que una línea continua evita que el conductor la rodee. El carril izquierdo (interior) se utiliza para bordear la glorieta o salir en la segunda, tercera o cuarta salida.

RACE ha explicado el funcionamiento de las turbo rotondas en España: el carril interior no se utiliza para adelantar como en una rotonda tradicional, sino para agilizar la circulación en las últimas salidas. La circulación es fluida ya que las marcas viales preseñalizan el camino.

La circulación en estas rotondas no es más compleja que la de una convencional, los conductores simplemente tendrán que seleccionar el carril adecuado antes de entrar en ella. Cada carril de una turbo rotonda lleva a una salida diferente y una marca vial impide cruzar en diversos puntos. Algunas líneas continuas incluso tienen bandas sonoras para disuadir a los conductores.

Las turbo rotondas están señalizadas con carteles que ayudan a seleccionar el carril de entrada, esta será la clave para utilizarlas correctamente. Los conductores no podrán cambiar de carril una vez que estén dentro de la glorieta o pueden exponerse a multas de 200 euros, recoge RACE.

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