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Tecnología a bordo: ¿ayuda o problema para el conductor?

Tecnología a bordo: ¿ayuda o problema para el conductor?
Más que una noticia esto es un debate: la tecnología a bordo, ¿ayuda o dificulta la tarea del conductor? Los expertos no se ponen del todo de acuerdo pero sí coinciden en que para que los sistemas de ayuda desempeñen correctamente su función es imprescindible que quien maneja el coche sepa cómo funcionan.

Más que informar, con esta noticia abrimos debate para tratar de aclarar si tanta tecnología es una ayuda o una distracción para los conductores.

Luis Montoro, catedrático de seguridad vial por la Universidad de Valencia y presidente de Fesvial, es uno de los principales defensores de la máxima de que la tecnología produce estrés.

Como experto asegura también que por muchos que sean los sistemas de seguridad activa y pasiva que monte un coche, no serán realmente efectivos si el conductor no tiene la formación adecuada para utilizarlos.

Su defensa del estrés tecnológico en la conducción se basa en la teoría de que, en la actualidad, el conductor tiene tal cantidad de información a su alcance que no puede utilizarla toda o, al menos, hacerlo sin que esto le suponga perder parte de la concentración obligatoria para conducir de forma segura.

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La solución, por tanto, pasa porque el piloto sepa qué tecnología entra en funcionamiento en cada momento, por qué y, sobre todo, qué consecuencias tendrá en el comportamiento del vehículo. Es importante también que tenga claro qué significa cada una de las alertas o informaciones que saltan en el cuadro de instrumentos o las pantallas interactivas que cada vez con más frecuencia equipan los vehículos. 

Pero por encima de todo esto es fundamental que el conductor confíe en la tecnología pero no más de la cuenta. Significa esto que el piloto debe considerar los sistemas de ayuda a la conducción (como, por ejemplo, la frenada autónoma de emergencia, como eso, una ayuda, pero sin olvidar que él es el responsable, por ejemplo, de mantener la velocidad adecuada y adecuar su modo de conducción a las circunstancias del tiempo y de la vía.

Tres de cada 10 conductores sufre ansiedad al volante

Ahora bien, la tecnología no es la única que provoca ansiedad al volante. Estudios recientes afirman que el 22% de los conductores siente ansiedad cuando tiene que conducir y que más de la mitad experimenta inquietud al volante.

La actitud imprudente de otros conductores, las condiciones atmosféricas adversas y los atascos son algunas de las situaciones que más nerviosos ponen a los españoles.

En un nivel superior, estarían los conductores que tienen miedo a conducir, una enfermedad conocida como Amaxofobia.

Hay quien para superar el estrés que le produce la conducción recurre a las pastillas. El problema es que la mayor parte de estos medicamentos reducen la capacidad de concentración por lo que resultan peligrosos. Además, pueden alterar los resultados de los controles de alcohol y drogas.

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