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Takumi, estos son los hombres que fabrican a mano el Nissan GT-R

Takumi Nissan GT-R

Un hombre, un motor.

El Nissan GT-R, Godzilla para los amigos, es un modelo que ya se ha convertido en un icono en el mundo del motor. Integrante de una dinastía con décadas de recorrido a sus espaldas, aunque ahora tenga un precio elevado, en su día fue el mayor exponente de los superdeportivos baratos.  Y, dando forma a su propuesta, se encuentran los ‘takumi’.

Es el término con el que se conoce a un maestro artesano en Japón, de cualquier disciplina, y el mundo del motor no es ninguna excepción. En el caso de Nissan, cuenta en plantilla con cuatro, que son los encargados de montar los motores VR38 del GT-R.

Cada uno de los bloques 3.8 de 545 CV de potencia es construido de principio a fin por un único artesano y, cuando está terminado, luce una placa que exhibe su nombre, uniendo así el propulsor y quien le ha dado forma. 

 

Takumi Kurosawa es el líder de un cuarteto integrado por Izumi Shioya, Nobumitsu Gozu y Tsunemi Oyama; que acumula más de 100 años de experiencia y es más que consciente de la responsabilidad y el honor que supone firmar cada uno de los motores que pasan por sus manos.

En un punto en el que la automatización de las cadenas de montaje es prácticamente total excepto en las marcas de poco volumen y muy exclusivas, Nissan, aún siendo generalista, da el segundo tratamiento al GT-R.

La sala en la que trabajan los takumi solo produce 374 motores al año, cada uno de ellos es montado por un único artesano, que le dedica 6 horas de montaje y, tras ello, lo firma. 

Kurosawa apunta: “Al firmar un bloque motor, siento que represento a Nissan y que soy reconocido como uno de los constructores de motores del GT-R. Estoy realmente orgulloso de ello”.

Takumi Nissan GT-R

El líder monta tanto motores de GT-R de serie como los de los Súper GT300 de competición.

“Si se tratara sólo de montar motores de GT-R, cualquier persona mínimamente hábil podría aprender a hacerlo en tres o cuatro meses pero los GT-R se utilizan tanto para ir de compras como para rodar a 320 km/h. en circuito y, por tanto, se requiere una gran precisión en el montaje de cada pieza”, señala.

Explica que lo que diferencia al Nissan GT-R es el hecho de que su motor está hecho por un único artesano y que eso le diferencia de otros propulsores. De hecho, es algo que su clientela sabe y que valora con muy alta estima.

Gozu declara que “el cliente del GT-R establece una relación muy particular con su coche” y que “a veces recibimos comentarios de los clientes de GT-R del tipo ¿Quién ha construido este motor?' Algunos, incluso vienen a la planta de Yokohama para conocer al montador. Cuando se encuentran con él, suelen decirle "Gracias por construir el motor de mi GT-R”.

En Europa ya no disfrutaremos de su artesanía

Y es que el Nissan GT-R ha abandonado el Viejo Cotinente, un poco por la puerta de atrás, sin fanfarria ni una despedida por todo lo alto, como se merecía.

Nissan eliminó el superdeportivo de sus configuradores y, tras una carrera de casi 15 años, el GT-R R35 ha dejado de comercializarse en Europa. El modelo, en activo desde 2008, empezaba a achacar el paso de los años incluso pese a actualizarse de manera regular (la última vez fue en 2017), y finalmente ha dejado de venderse en nuestros mercados.

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