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El sistema que revolucionará la carga del coche eléctrico y evita parar en el viaje

Recarga rápida coche eléctrico

¿Sabías que ya existe una tecnología que podría revolucionar la carga del coche eléctrico, evitando tener que parar en un viaje largo por carretera? Esta solución se encuentra en fase de pruebas desde hace años y sería un impulso clave para electrificar el transporte terrestre.

Estamos de acuerdo que uno de los principales talones de Aquiles del coche eléctrico son los tiempos de carga de la batería. A esto hay que sumar la autonomía que ofrece este tipo de vehículos, lo que obliga a planificar cuidadosamente un viaje largo por carretera antes de lanzarte a conducir.

Si bien esto no ocurre en un coche con motor de combustión interna, en el que llenar el depósito de gasolina o diésel no te va a llevar más de 5 minutos, en un vehículo eléctrico deberás hacer alguna parada que otra en tu viaje, al menos en cargadores rápidos donde puedas recargar un porcentaje suficiente de la batería para continuar la ruta hasta tu destino (o el próximo punto de recarga).

Esto, por supuesto, es todo un hándicap a la hora de electrificar el transporte terrestre, es decir, los vehículos pesados de transporte de mercancías (camiones) o de pasajeros (autobuses). Este tipo de vehículos están diseñados para recorrer largas distancias en turnos de 8 horas, aunque en los camiones se suelen hacer cambios de chófer para no tener que parar.

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El sistema que revolucionará la carga del coche eléctrico y evita parar en el viaje

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Por suerte, ya hay un sistema que va a revolucionar la carga del coche eléctrico y evitará que tengas que parar en el viaje para enchufarle a un punto de recarga. Además, esta tecnología que está en fase de pruebas en determinados puntos de la geografía europea, también permitirá acelerar la electrificación de vehículos pesados.

Hablamos de las denominadas carreteras eléctricas. Se trata de tramos (o carreteras completas) donde es posible recargar la batería de un vehículo eléctrico mientras se circula por ella. Para lograr esto, existen tres posibles tecnologías que se están estudiando y desarrollando:

  • Catenarias: pensadas para vehículos pesados, se trata de un sistema que emplea cables aéreos o integrados en el asfalto que suministran electricidad a camiones y autobuses equipados con unos brazos mecánicos en el techo o los bajos para entrar en contacto con las catenarias. Es, en esencia, el método empleado para que funcionen los tranvías urbanos o los trenes de Renfe, como el AVE.
  • Carga conductiva: los vehículos están equipados con una almohadilla de carga como los smartphones. Ésta entra en contacto con la carretera cuando el vehículo está sobre ella y permite cargar la batería sin necesidad de emplear cables.
  • Carga inductiva: un equipo especial de bobinas de cobre enterrado bajo la carretera crea un campo magnético cuando pasa por ella corriente eléctrica. Una bobina instalada en el vehículo, recibe electricidad mediante inducción, la cual puede alimentar el coche y cargar la batería en movimiento. 

De todas estas tecnologías de recarga de batería en movimiento, la carga inductiva parece la que más opciones tiene de acabar siendo una realidad en las autopistas del futuro. 

El objetivo, además, no es equipar todas y cada una de las carreteras de un país, sino aquellos tramos estratégicos donde más se necesite la carga en movimiento, como autopistas que unan grandes ciudades, por ejemplo.

Proyectos en prueba en varios países y un estudio prometedor

Carretera embrujada

No es la primera vez que se habla de esta tecnología de carreteras con carga en movimiento. En el pasado hemos sabido de pruebas en Suecia y Alemania, o de la pista de pruebas que tiene Stellantis en Italia desde 2021.

De las pruebas realizadas en Suecia, los expertos extrajeron algunas conclusiones interesantes que dan una pista de hacia donde irá esta tecnología en los próximos años.

La idea sería, como he comentado dos párrafos más arriba, electrificar el 25% de las carreteras del país, lo que facilita que los vehículos puedan estar equipados con baterías de menor capacidad energética, favoreciendo a su vez el ahorro de peso y consumo, incrementar la autonomía por kW consumido, abaratar el precio de los coches eléctricos y reducir los tiempos de recarga.

El objetivo sería combinar la carga doméstica con la carga en movimiento, lo que permitiría, según estos expertos, reducir el tamaño de las baterías de los vehículos eléctricos en hasta un 70%

Además, los conductores que residan en grandes núcleos urbanos podrían conducir coches con baterías de menor capacidad energética, mientras que los que vivan en zonas rurales o más alejada tendrían coches eléctricos con baterías de mayor capacidad. El estudio estima que la diferencia entre unos y otros sería del 20%.

Queda por ver qué sucederá con las carreteras eléctricas en el futuro, pero es una solución interesante que podría acabar tanto con la ansiedad por la autonomía de los coches eléctricos como con lo dos principales puntos débiles que tienen este tipo de vehículos, a la vez que se otorga un impulso clave para electrificar el sector del transporte por carretera.

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