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El sencillo truco para salir del coche sin que te dé calambre

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Esa molesta sensación de descarga eléctrica al tocar el coche tiene solución. Este es el sencillo truco para salir del coche sin que te dé calambre.

A todos nos ha pasado alguna vez que, nada más salir del coche, has sentido esa desagradable sensación de calambre al tocar la puerta. Este fenómeno tiene una explicación no demasiado científica y, lo que es aún mejor, existe un sencillo truco que te permite salir del coche sin que te dé calambre.

La explicación del motivo por el que recibimos un calambre al salir del coche no es muy científica porque todos sabemos que se trata de una pequeña descarga eléctrica, molesta, aunque no dañina. Pero, ¿por qué se produce esta descarga? ¿Por qué en ocasiones sucede y en otras no? ¿Cómo se puede evitar?

Antes de darte una solución, analicemos cuál es el origen de este problema. Se trata de un calambre igual al que puedes sentir al tocar a otra persona o una superficie conductora, y se debe a la transferencia de carga eléctrica entre cuerpos y a través del aire.

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Es más frecuente que esto suceda en invierno, cuando bajan las temperaturas, ya que el aire pierde vapor de agua y la carga eléctrica del cuerpo no encuentra forma de ser liberada. Por ese motivo, con el frío aumenta la probabilidad de recibir esta pequeña descarga al tocar la puerta del coche nada más bajarnos del mismo.

¿Y de dónde procede esta carga eléctrica? La explicación es sencilla: del roce del cuerpo con el asiento del coche. Igual que cuando frotas un globo contra la ropa y este hace que el vello de la piel se erice, el roce con el asiento provoca que el cuerpo se cargue de electrones que deberán ser liberados.

Con este sencillo truco podrás salir del coche sin que te dé calambre

Lo normal es que esta carga se vaya perdiendo de forma progresiva y que no percibamos ningún tipo de calambre. Sin embargo, si tras rozar el cuerpo contra el asiento (algo normal e inevitable cada vez que entras o sales del coche) tocas la puerta para cerrarla, se produce una descarga violenta de estos electrones que tu cuerpo percibe como un calambre.

Lo más habitual para tratar de evitar esta sensación de descarga es intentar de cerrar la puerta del coche con el codo o la rodilla, empujando desde el cristal de la ventanilla o tocando la chapa de la puerta con algo que impida que la piel y la carrocería del vehículo entren en contacto, como puede ser un pañuelo.

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Pero lo cierto es que existe un truco sencillo que evitará que tengas que hacer contorsionismo para cerrar la puerta nada más salir del coche. El truco es tan simple como entrar en contacto con el metal de la carrocería del coche antes de poner los pies en el suelo. De esta forma, la transferencia de carga eléctrica se hará de forma progresiva y no violenta.

Por tanto, la próxima vez que vayas a salir del coche: abre la puerta, coloca tu mano sobre la carrocería (por ejemplo, en el techo), y pon los pies en el exterior. Ya podrás cerrar la puerta sin que esa desagradable sensación de calambre aparezca.

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