Rolls-Royce Ghost Black Badge: bienvenido al lado oscuro
El apellido Black Badge ya tiene un nombre propio dentro de Rolls-Royce, designando las versiones más oscuras y, por que no decirlo, juveniles de sus modelos. Por eso, cada vez que sale a la luz una de ellas, llama la atención. El nuevo Rolls-Royce Ghost Black Badge no es una excepción.
Curiosamente, la marca señala que el objetivo de este vehículo es un público que prefiere la discreción, aunque se antoja bastante complicado que el coche pase desapercibido.
Lo primero, porque está disponible por la que se considera la pintura negra para vehículos más negra del mundo. Se aplica la nada desdeñable cantidad de 45 kilos de pintura para cubrirlo, con un complejo proceso de atomización tras el que se aplican dos capas de protección transparentes. En total se tarda unas cinco horas en pintarlo.
A pesar de ello, también se puede optar por cualquiera de los otros 44.000 colores que ofrece la compañía, aunque parece lo suyo decantarse por el específico de la versión.
Además, este Rolls-Royce Ghost aplica un acabado oscuro para la parrilla y el adorno del Espíritu del Éxtasis; calza unas llantas de 21 pulgadas formadas con 44 capas de fibra de carbono, tiene un salpicadero iluminado con 850 estrellas, etc.
Y, como es habitual en el modelo, monta un poderoso motor 6.75 V12 biturbo que en esta ocasión ha sido potenciado para desarrollar 591 CV y 900 Nm de par máximo, gracias a lo que hace el 0-100 km/h en 4,5 segundos.
Cabe destacar el éxito que han tenido estas versiones y es que, desde que comenzaran su andadura en 2016, uno de cada cuatro Rolls-Royce vendidos (el 25%) es un Black Badge. Ahora bien, hay que tener dinero para hacerse con uno: el Rolls-Royce Ghost Black Badge está disponible desde 249.500 libras, es decir, algo más de 295.000 euros.
Etiquetas: lujo
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