A la hora de reponer el líquido del limpiaparabrisas en el coche, esto es lo que nunca debes echar. Es una de las tareas más sencillas en el mantenimiento del vehículo, pero siempre debes de tener en cuenta algunos detalles para no cometer errores que en algunos casos pueden ser fatales. Y recuerda, siempre debes llevar líquido para el limpiaparabrisas o podrás tener riesgo de quedarte sin visión.

La luna delantera está expuesta a todo tipo de suciedad. Mosquitos, barro, polvo, y tantas cosas que puedas imaginar que debemos de tener siempre a mano líquido para limpiar de forma rápida lo que nos da visión directa con la carretera. Según los expertos, tener la luneta sucia puede darnos una pérdida de visibilidad de entre un 20 y un 30 por ciento. Por supuesto, siempre podemos bajarnos y limpiarla, pero en marcha no tenemos otra opción.

Por supuesto, en muchas ocasiones son las propias escobillas las que necesitan de un mantenimiento. Si hacen ruido o no limpian de forma uniforme debes sustituirlas. Tras ello, solo necesitas tener el líquido limpiaparabrisas en un nivel óptimo y habrás completado el mantenimiento de este apartado. Claro que, echar el líquido del que hablamos puede jugarnos alguna mala pasada.

Antes de empezar asegúrate que el motor está frío. Parece algo sin importancia, pero si lo hacemos recién llegados de viaje podemos sufrir quemaduras por el roce con partes del compartimento que estén calientes. Asegúrate que estás en el hueco del líquido limpiaparabrisas, pues equivocarse puede llevarte a echar este líquido en el hueco del aceite con un resultado, digamos, catastrófico. 

Lo que no debes hacer es utilizar un limpiaparabrisas casero con mezclas de agua y jabón. Según los expertos puede hacer que los eyectores se estropeen. Es mejor usar un producto específico capaz de no congelarse y desengrasar, y así evitar que la instalación de estropee. Un consejo que no debes olvidar a la hora de rellenar este líquido.