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GP Italia F1 1988: Los milagros en Ferrari sí existen

Berger y Alboreto

En el 90 aniversario de la Scuderia, queremos recordar la que probablemente sea la victoria más especial de Ferrari en el Gran Premio de Italia. Aquel domingo 11 de septiembre, la formación de Maranello estaba de luto, después de que su fundador, Enzo Ferrari, hubiera muerto solo unas semanas antes. El objetivo del equipo era dedicar un triunfo al pionero italiano, pero se antojaba difícil: McLaren había ganado las 11 carreras celebradas hasta el momento. Pero aquel día se demostró que los milagros en Ferrari sí existen.

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El gran homenaje a “Il Commendatore”

Ferrari es el equipo con más historia, carisma y leyenda de la Fórmula 1. La escudería italiana ha formado parte de la categoría reina en todas las temporadas de la historia del campeonato de monoplazas más famoso del mundo, donde ha forjado lo que es a día de hoy. Ferrari es el equipo que más campeonatos del mundo ha ganado en la historia de la F1 (16 de equipos y 15 de pilotos) y, sea como sea su temporada, hay un lugar donde nunca debe dejar escapar la victoria: Monza.

El trazado italiano, que ha acogido todos los GP de Italia salvo el de 1980 (se disputó en Imola), es famoso por celebrar la carrera de casa de Ferrari. Allí se reúnen cientos de miles de tifosi (los aficionados italianos) para animar al equipo de sus sueños y aplaudir a sus pilotos en cada paso por las gradas.

La afición de Ferrari es incondicional
La afición de Ferrari es incondicional

En el GP de Italia de 1988 del que hablábamos era un GP distinto, quizás el más atípico de la historia. Enzo Ferrari había fallecido semanas antes de la celebración de la carrera y la F1 estaba de luto. El mejor homenaje posible para “Il Commendatore” era darlo todo sobre la pista y pelear por el mejor resultado. ¿La victoria? era prácticamente imposible. McLaren, con su imponente MP4/4 que pilotaban Alain Prost y Ayrton Senna había ganado todas las carreras disputadas hasta el momento. 

En Ferrari competían Gerhard Berger y Michele Alboreto. El austriaco conseguía subir al podio regularmente durante la temporada, no sin dificultad, siempre presionado por Nelson Piquet (Lotus) o por Thierry Boutsen (Benetton) o por su compañero. Al fin y al cabo, con el dominio del MP4/4, habitualmente solo quedaba un puesto libre en el podio.

Con esta situación, el tercer puesto parecía el más alto que podría lograr Ferrari para honrar la memoria de Enzo, al menos en condiciones normales. 

Piero Ferrari (hijo de Enzo) y Gianni Agnelli (FIAT)
Piero Ferrari (hijo de Enzo) y Gianni Agnelli (FIAT)

El milagro de Monza

Tal y como se esperaba, McLaren logró la pole para el GP de Italia de 1988. Ayrton Senna marcó un 1:25.974 que le sirvió para conseguir el primer puesto en parrilla por delante de Alain Prost (le endosó tres décimas). Los Ferrari fueron los primeros del resto, con Berger en tercera posición y Alboreto en la cuarta, a seis décimas y un segundo respectivamente de Senna.

En carrera Prost consiguió dar caza a Senna en la salida, pero el motor del francés sufrió un problema de potencia y su ritmo cayó. Ayrton, entonces, retomó el liderazgo y los Ferrari se convirtieron en amenaza para el francés de McLaren. En Ferrari se concentraron en mantener la posición y Berger incluso se centró en ahorrar combustible. En la vuelta 35, aprovechando que los problemas de Prost iban a más, Berger y Alboreto adelantaron al McLaren. Instantes después, el francés se retiró, siendo éste el único abandono de la escudería de Woking de la temporada.

Berger en Monza 1988

Senna tenía todo en su mano para ganar la carrera. Lideraba con margen sobre los Ferrari, sin exprimir el McLaren en este exigente circuito para el motor, pero a falta de dos vueltas se cruzó en su camino con un doblado: Jean Louis Schlesser (uno de los dos pilotos de F1 que han ganado el Dakar). El francés completaba su primera carrera en el equipo Williams, en sustitución de Nigel Mansell, que sufría varicela y se había tenido que perder dos grandes premios.

... Y Senna se encontró con Schlesser

El doblado no debía ser un problema para Senna. Schlesser tendría que apartarse del camino y dejar pasar al brasileño, que caminaba con paso firme hacia la victoria. Sin embargo, la agresividad de Senna incluso en estas situaciones se unió con la falta de experiencia de Schlesser con el Williams y la F1 en general. 

Ayrton trató de superar al francés en la Variante Rettifilo, al final de recta, en la complicada chicane. Schlesser bloqueó sus frenos cuando estaba en el exterior y a punto estuvo de salirse pista. Trató de impedirlo y evitar un mal mayor cuando tenía a Senna pegado a él. El resultado fue un toque entre los dos coches, que provocó el abandono del astro brasileño y una de las escenas más insólitas de su carrera deportiva. Por muchos, Senna fue acusado de tomar un riesgo excesivo y por otros se culpó a Schlesser, cuya falta de experiencia había sido fatal para McLaren en aquella carrera.

Como te imaginarás, tras el doble abandono de McLaren, quien se colocó en cabeza de carrera fue Gerhard Berger, seguido de su compañero Michele Alboreto. Sin mayor problema, ambos llevaron el coche a meta para lograr el doblete más importante de la historia de la Scuderia, en honor a Enzo Ferrari, ante miles tifosi que nunca habrían soñado con aquel resultado. El americano Eddie Chever, que había crecido en Roma, acabó tercero con un Arrows. Fue uno de los pocos podios de la historia de este humilde equipo.

“Cuando vi el coche de Senna parado, escuché el rugido del público, se oía incluso más que el ruido del motor. Nunca me había pasado. Veía a los tifosi muy cerca, mucho más que en otro circuito. No sé cómo completé las dos vueltas que quedaban. Sinceramente, creo que el coche iba solo”, diría Berger más tarde.

Berger gana en Monza

El famoso comentarista de televisión británico Murray Walker, también estaba muy emocionado. “Ferrari gana, Ferrari segundo, en el primer Gran Premio de Italia desde la muerte de Enzo Ferrari. Ha visto a sus amados coches de Maranello honrar su memoria con el primer y segundo puesto y un público realmente feliz”.

La épica, la fortuna, la leyenda, el milagro… llámenlo como quieran. El GP de Italia de 1988 puede ser considerado como uno de los grandes premios más importantes de la historia de Ferrari. Con Enzo en el recuerdo, aquel doblete imposible se convirtió en realidad. Como siempre quería “Il Commendatore”, nadie en el equipo tiró la toalla y los dos coches rojos acabaron en lo más alto.

Este domingo, en Monza, en el GP Italia 2019 los dos Ferrari parten entre los cuatro primeros en el 90 aniversario de la Scuderia y, cómo no, los tifosi vuelven a soñar con el doblete.

Imagen: Motorsport Images
 

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