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Prueba: Volkswagen I.D. Neo. ¡Al volante del eléctrico más esperado!

Prueba del VW I.D. Neo

Volkswagen se lo ha propuesto: en el transcurso de los próximos diez años, los de Wolfsburgo quieren ser una marca de coches eléctricos, y de hecho, de aquí a 2025, entre el 15 y el 20% de sus modelos estarán movidos por batería. El primero será el Volkswagen I.D. Neo, que nosotros ya hemos podido conducir, por primera vez, en Sudáfrica.

El Volkswagen I.D. parte de un desarrollo totalmente nuevo. Solo toma de la cadena de montaje del grupo las puertas, una batería de 12 voltios, y poco más. En primavera de 2020 llegará al mercado este compacto de 4,25 metros, en paralelo a la octava generación del Volkswagen Golf. Esto es un desafío y al mismo tiempo un riesgo, porque frente al futurista I.D. Neo, el clásico Golf, por más que renueve su diseño, podría verse algo desfasado.

VÍDEO: Ya lo condujimos antes, pero era un prototipo...

"El segmento de precios es exigente", me cuenta el responsable de desarrollo, Frank Welsch, "pero queremos que el I.D. tenga un precio equivalente al de un Golf diésel cuando llegue al mercado. Habrá diferentes paquetes de baterías, que según el ciclo WLTP proporcionarán una autonomía de, como poco, 330 kilómetros".

Un comportamiento sorprendente

Aunque vaya profusamente tapado con vinilos, y nos dejen claro que vamos al volante de un preserie, lo cierto es que el comportamiento de este compacto de en torno a las 1,6 toneladas es sorprendentemente maduro. Por primera vez, desde los tiempos del Escarabajo, Volkswagen vuelve a concebir un coche con motor trasero. Y aunque los datos de rendimientos exactos aún están por confirmar, sí se rumorea que el tope de gama llegará a los 204 CV, y superará claramente los 300 Nm de par, todo, a su eje trasero.

Prueba del VW I.D. Neo

La versión básica tendrá unos 150 CV y 300 Nm y llevará llantas de 19 pulgadas, aunque nuestro coche de prueba llevaba unas de 20. Rueda con brío y aguanta el empuje en con el acelerador pisado, y tanto desde velocidades bajas como medias acelera una y otra vez con inusitado dinamismo. La respuesta de la dirección, los frenos y el chasis me ha causado una buena impresión en este coche de prueba, e incluso los ruidos aerodinámicos y de rodadura son contenidos en el habitáculo, por más que sea un modelo de preserie.

¿Un peligro para el Golf?

El espacio dentro del Neo es claramente mayor que el del Golf, aun teniendo similares dimensiones, por su batalla, más larga en unos 10 centímetros, y por la falta de motor de combustión, que permite desplazar bastante el salpicadero hacia delante. En cuanto a si construcción, el I.D. Neo sigue un camino diferente que el que tomó el BMW i3. El Volkswagen es en un 99% de acero y aluminio, y es que el peso de coche no es una prioridad absoluta. En parte, porque el I.D. se beneficia de las recuperaciones.

Prueba del VW I.D. Neo

El conductor puede elegir los diferentes niveles de conducción por un pomo a la derecha de la pantalla de la instrumentación. En la D, rueda relajado, mientras en la posición B garantiza la recuperación y minimiza el uso del freno. La respuesta de la batería me ha dejado satisfecho: el pequeño indicador no ha llegado al 50% y muestra, tras muchos rato conduciendo, que aún le quedan más de 140 kilómetros por delante.

Aún por pulir...

Prueba del VW I.D. Neo

El tema de la autonomía sí que es una prioridad absoluta, y los desarrolladores aún están perfeccionándolo, al igual que otros elementos: no están satisfechos con las ruedas, porque suenan demasiado, el head-up display aún no tiene potencia suficiente para brillar bajo el sol impenitente de Sudáfrica, y aún tiene una pequeña debilidad en las arrancadas, antes de salir hacia delante. En poco tiempo, aseguran, habrán pulido todas estas cosas, porque en muchos casos no es más que una reconfiguración de la electrónica.

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