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Prueba 'vintage': Mercedes SL 73 AMG (1999). Cuando no había límites

7.3 litros de cilindrada, doce cilindros y 525 CV: estas son las cifras impresionantes del Mercedes SL 73 AMG de 1999. AUTOBILD ha conducido el que una vez fue el roadster serie más poderoso del mundo.

Empecemos diciendo que este Mercedes es tan raro que ni siquiera Mercedes tiene información sobre el número de matriculaciones de su R 129. Esto se debe a que el SL 73 nunca apareció en las listas de precios oficiales. Todos los ejemplares fabricados entre 1999 y 2001 salieron de la fábrica como SL 600 con el paquete AMG, y posteriormente se convirtieron en AMG definitivo. Precio total 1999: ¡más de 399.000 marcos! Para que te hagas una idea de la barbaridad: más de 200.000 euros actuales al cambio.

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Si no supiera ante lo que me encuentro realmente, este roadster plateado también podría ser perfectamente un SL 500 normal o, como mucho, SL 600. ¡Y es que el SL 73 AMG no es precisamente llamativo. Al menos por fuera, porque bajo el capó sí que llama la atención, y de qué manera. El monumental V12 (M 120 E 73) llena completamente vano motor del R 129 que, solo con ver la longitud del morro, ya delata que no es precisamente pequeño. 

Llega hasta los 320 km/h sin limitador
Llega hasta los 320 km/h sin limitador Julian Rabe / AUTO BILD

El V12 despierta silencioso. Así que pongo la palanca del cambio automático en "D" y piso a fondo. De inmediato queda claro: ¡esto no es un SL normal! La primera respuesta del motor es súper directa. Incluso el movimiento más pequeño del pedal del acelerador se convierte inmediatamente en una propulsión bestial. 

Ya tengo unos descomunales 600 Nm de par justo por encima del ralentí, el par máximo de 750 Nm está disponible desde 4.000 rpm. En comparación con los motores turbo modernos, el golpe no es tan inmediato, pero el SL avanza de manera uniforme en todo el rango de velocidades. A bajas revoluciones, el V12 suena muy discreto, el conciertazo del V12 está en la parte superior del cuentavueltas.

Prestaciones de infarto

El velocímetro AMG alcanza hasta 300 km/h, y eso no solo no es exagerado, sino que peca de excesiva modestia. Porque, sin el bloqueo electrónico de la velocidad máxima, el SL 73 debería ser capaz de alcanzar marcas de hasta 320 km/h. 

Es hora de mirar más de cerca el interior. Con la excepción de la decoración de carbono y las letras AMG, la cabina es típicamente R 129. Sin embargo, la sensación agradable y de alta calidad de que hacía gala Mercedes de los años 90 es evidente de inmediato

Los interiores de Mercedes eran un prodigio de calidad y solidez
Los interiores de Mercedes eran un prodigio de calidad y solidez Julian Rabe / AUTO BILD

Volvamos a las sensaciones. El conductor al volante es desafiado una y otra vez por las curvas que se suceden una detrás de otra a velocidad de vértigo. Por suerte, este SL masivo se detiene decentemente gracias a los frenos modificados, pero al roadster, que pesa más de dos toneladas, no le gustan las curvas cerradas. No es de extrañar, ¡hay un motor en el eje delantero que es más grande que siete motores actuales de tres cilindros y un litro!

Su territorio son las carreteras amplias y las autovías. Las carreteras costeras también son aptas, siempre que lleves cruceros relajados

Conclusión

Lo mejor de todo, cuando conduzco este SL bestial por el carril izquierdo, es saber siempre que aún hoy tendrá pocos contrincantes serios si circulo en línea recta. Ah, y el SL 73 no tiene trucos como la desactivación del cilindro o el Start Stop, por supuesto. Eran otros tiempos. Así que prepárate a llevar siempre una cartera bien nutrida si te lo llevas de viaje. 

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