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Prueba del SUV Byton. ¿El Tesla chino?

Primera vuelta en el Byton
El primer 'Smartphone' con ruedas

Tres días antes del CES Las Vegas, AUTOBILD grabó en exclusiva la primera vuelta en este coche eléctrico radicalmente distinto. Y enseguida nos dimos cuenta: aquí no se trata de la aceleración, la dinámica de conducción o el volumen de maletero. Este prototipo es el primer Smartphone sobre ruedas. Ya hemos dado la primera vuelta. Prueba de del SUV Byton. ¿El Tesla chino?

Breitfeld lo formula así: "Data Power en vez de House Power" (un juego de palabras que significa: el poder de los datos en vez del poder de los caballos). Y también "velocidad de datos en vez de km/h". Y eso que este SUV de medio formato no va a circular por una autopista de datos, sino una de asfalto. Carsten Breitfeld (53) no ha venido a Las Vegas para jugárselo todo a una carta, pero sin duda su apuesta comporta riesgos. Fue directivo de BMW, y responsable del desarrollo del BMW i8. Un trabajo muy bien pagado. Ahora es presidente de la Junta Directiva de Byton.

¡Nos subimos!

Es una vuelta corta en el asiento del copiloto, suficiente para captar el cambio radical. La pantalla es enorme, pero no estorba la vista de la carretera: la propia pantalla es el salpicadero. Durante el recorrido, aparece en la pantalla del volante el lugar donde nos encontramos. El monitor permanece en la misma posición, solo se mueve la corona del volante. Se hace extraño: habrá que ver si uno se acostumbra en el día a día. 

Por cierto: el airbag está detrás de la pantalla. Las aceleraciones son considerables, aunque en esta vuelta no exprimimos el prototipo. Según la marca, el tope de gama pasará de 0 a 100 km/h en solo 5,5 segundos. Para ser un preserie, lo cierto es que rueda con una increíble suavidad, y nada suena, todo se siente sólido.

Toque BMW

También Daniel Kirchert tuvo una vida cómoda con un buen trabajo para el resto de su vida en BMW. Y ahora es presidente de Byton, la marca de automóviles de la compañía china Future Mobility Corporation (FMC). ¿Byton? Un nombre aún desconocido en el apasionante nuevo mundo automovilístico que se nos presenta. Y un nombre con sentido: viene de "Bytes on wheels" (bits sobre ruedas). Los 300 empleados de esta empresa china que tiene también sedes en Silicon Valley y Múnich, vienen de firmas (aparte de BMW) como Google, Apple o Tesla. Kirchert dice: "No somos una startup al uso. Más bien un híbrido".

Breitfeld añade: "Los nuevos de la industria automovilística piensan, como nosotros, en un cambio masivo. Y creen en que podrán ganar dinero con ello. Los antiguos lo están asimilando intelectualmente. Pero no lo creen realmente". El siguiente día, en el hotel Mandalay Bay se realiza la prueba general para la presentación del prototipo. La tensión de Breitfeld y Kirchert es visible. Hasta ese momento, para su capital de arranque solo han contado con inversores de China. Ahora toca recabar inversiones de todo el mundo para la producción en serie. Y entonces, el coche rueda por el escenario.

El SUV de 4,85 metros viene del lápiz del francés Benoit Jacob, que fue responsable del diseño de los modelos i de BMW. Dos tamaños de batería deberán proporcionar entre 400 y 520 kilómetros de autonomía. El tiempo de carga, deberá ser de 12 kilómetros por minuto. Pero es mucho anticipar, porque el coche saldrá, según lo previsto, dentro de dos años de la cadena de montaje en China. Breitfeld distingue entre tres tecnologías: motor eléctrico, conectividad y conducción autónoma. Pero sus expectativas van más allá de lo que se conoce hasta ahora. Un coche que circule sin emisiones está bien. Pero un coche que no se verá envuelto en ningún accidente, es mucho mejor. Y es lo realmente importante.

Primera vuelta en el Byton

El presidente de Byton dice: "En China hay 100.000 accidente mortales de tráfico al año; en Estados Unidos son 40.000. Tenemos que solucionar este caos de tráfico en el que vivimos". La seguridad también será un factor decisivo de compra para las generaciones venideras. Y esto, aun cuando muchos (al menos, fuera de China) ya no querrán tener un coche en propiedad, exigirán igualmente tener un acceso rápido a uno, y seguirán dando valor a la imagen de marca y la individualización. Algo que aún, ni Uber ni proveedores de movilidad como Cabify, DriveNow o Bluemove son capaces de ofrecer. Breitfeld quiere que un conductor elija un Byton en una empresa de 'car-sharing'.

Tan pronto como se acerque al coche, éste lo reconocerá. Le abrirá la puerta, le saludará por su nombre, y gracias a la nube le regulará según sus gustos la posición del asiento, la calefacción o le pondrá su música preferida. Incluso detectará so frecuencia cardiaca y, cuando el usuario diga "a la oficina", el navegador programará la ruta automáticamente. De esta manera, cada cliente se sentirá en un Byton de 'car-sharing' como en su propio coche. Un futuro por el que muchos se alegran, pero al que algunos podrían tener miedo, y con razón: "Todos estos datos personales en la nube, relacionados con el coche, por supuesto son voluntarios", intenta tranquilizar Breitfeld. Por supuesto, Byton también quiere vender coches. Tanto a clientes finales como a flotas.

Primera vuelta en el Byton

Pero el modelo de negocio es un asunto aparte: lo principal es la concepción del coche como "Smart Device Plattform" (plataforma inteligente). Con la voz, con gestos y con un cockpit tan radicalmente diferente a todo, que es la pieza clave del Byton, antes que el motor. La marca llama Shared Experience Display,  SED en su acrónimo (pantalla de experiencia compartida) a su monitor de 25 centímetros de alto y 1,25 metros de largo. No solo está pensado para el conductor y su acompañante, sino para los cuatro pasajeros. Todos pueden dar órdenes gestuales y por voz. "Byton ofrece una experiencia de coche inteligente al 100%", dice Jeff Chung, que justo antes trabajaba para Apple. Y justifica la pantalla de ocho pulgadas del volante, desde la que se pueden controlar todas las funciones. "Por supuesto, muchos pueden considerar todo esto demasiado radical.

Pero si uno piensa en cómo será la conducción autónoma en 2020, lo que hacemos no es más que una consecuencia lógica". El SUV está preparado para el nivel 4 de conducción autónoma, en el que los asientos delanteros se podrán girar hasta 12 grados, porque nadie querrá ya mirar a la carretera. Parece como si Breitfeld y sus colegas se hubieran apropiado del eslogan de su anterior empresa, para darle la vuelta: " ¿Te gusta surfear?".

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