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Prueba del Mercedes-AMG C 63 S E Performance: cuatro cilindros explosivos en circuito

Prueba del Mercedes-AMG C 63 S E Performance

La nueva generación del Mercedes-AMG C 63 S descarta el característico V8 y sigue siendo significativamente más pesado. Lo probamos en Ascari

La compleja tecnología híbrida tiene la culpa que desaparezca el V8, pero ¿tal vez incluso equilibra el peso con el rendimiento? En esta prueba del Mercedes C 63 S Performance lo vamos a comprobar.

Y es que no solo tenemos que despedirnos de nuestro idolatrado V8, sino que ahora arroja más de dos toneladas de peso en vacío. El Mercedes estableció su leyenda hace mucho tiempo. El V8 es su legado, de modo que, ¿será este un modelo maldito? 

Pues de entrada, no lo parece:  acelera de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y corre que se las pela hasta 280 km/h, vamos, que uno no se entera de que solo tiene cuatro cilindros bajo el capó. Por no hablar de cómo se mueve por el circuito de Ascari con Bernd Schneider al volante…

Sí, el mismísimo Bernd Schneider, que una vez fue coronado cinco veces campeón del DTM, hoy es nuestro piloto principal. Conocemos la pista bastante rudimentariamente, y es que las combinaciones de curvas son a la vez nuevas y familiares.

 

Hemos estado aquí antes, pero realmente querer conocer una pista tan selectiva es el trabajo de una vida. Así que dedicamos más nuestra primera etapa a tratar de diferenciar esta máquina pesada de lo que ya hemos conducido en este circuito antes: coches deportivos dinámicos, coupés ágiles de rango medio. Exacto: el C 63 encaja aquí ambiciosamente.

El AMG C 63 S E Performance es un peso pesado… sobre el papel

Es verdad que tiene que lidiar con su peso básico de más de dos toneladas, pero en la práctica casi se siente audaz. Casi me viene a la mente la palabra "manejable", aunque sabemos que esta combinación de motor de combustión convencional y sistema híbrido enchufable tiene sus inconvenientes en la práctica.

El peso lo separa categóricamente de los oponentes habituales. Por ejemplo, del BMW M3, que de por sí ya se consideraba “gordo” cuando se presentó; pero después del C 63 aparece casi como un peso pluma entre los pesos pesados. Según DIN, el AMG inclina la balanza a 2.036 kilos, lo que significa bastante más de 2,1 toneladas con el conductor.

Y todo eso debe equilibrarse con un esbelto cuatro cilindros de dos litros. Lo conocemos básicamente por el A 45 S, pero en la Clase C lo llevan hasta los 476 CV, exactamente a la potencia total del predecesor sin "S", que tenía el doble de cilindros. A esto se suman 150 kW (204 CV) del motor eléctrico. Hacen 680 CV de rendimiento del sistema.

Cockpit del Mercedes-AMG C 63 S E Performance

Se necesitan tres conocimientos básicos para comprender lo que AMG está tratando de inculcarnos aquí. Punto uno: el peso es completamente irrelevante. A esto decimos, lógicamente: ¡no, no lo es! Pero si miras la distribución de los componentes, podemos entenderlo. 

El motor en la parte delantera se ha vuelto más liviano y la batería y el motor eléctrico se agregaron en la parte trasera; en general, esto hace que toda la carga sea más pesada, pero el comportamiento tiende a mejorar.

Número dos: consumo. El valor WLTP promete 6,9 litros para los primeros 100 kilómetros con la batería completamente cargada. Hasta ahora tenemos que creerle, pero solo podremos averiguar cómo se ve durante los segundos cien kilómetros cuando la batería esté vacía en mediciones posteriores.

Motor del Mercedes-AMG C 63 S E Performance

Suena moderado, pero funciona digno de su nombre

La pregunta tres se refiere a las virtudes deportivas, no al aburrido sprint hacia adelante, sino al talento en las curvas. Aquí es donde teníamos nuestras mayores preocupaciones. Sí, desde el exterior, el C 63 suena como una batidora de mano enloquecida: mucho esfuerzo y acústicamente sin inspiración. 

Pero en el interior nos encanta con su sonido de escape amplificado acústicamente, para lo cual los desarrolladores usan un micrófono para captar los sonidos reales en el silenciador, intensificarlos y dirigirlos hacia el habitáculo.

Zaga del Mercedes-AMG C 63 S E Performance

Y, por supuesto, tampoco se debe descuidar el rendimiento en la pista: el eje delantero en particular parece asombrosamente ligero, en curvas rápidas el C 63 agrada con una respuesta neutral o ligeramente sobrevirador. El e-boost es particularmente efectivo en la primera vuelta con una batería completamente operativa.

Podemos usar kickdown para aumentar hasta 150 kW de potencia eléctrica, estratégicamente en los puntos calculados de manera óptima, según el trazado. Para este propósito, AMG quiere configurar una base de datos completa a la que se pueda acceder ‘online’. 

De esta manera, el coche “te dice” exactamente dónde y por cuánto tiempo debes patear para lograr el mejor tiempo de vuelta posible. Al igual que en la Fórmula 1 en el modo de clasificación.

Se nota claramente el E-Boost máximo de 204 CV

Después de tres vueltas rápidas, entra en juego el peso. Pero el C 63 S nos sorprendió de manera positiva en el selectivo Circuito Ascari, especialmente en lo que respecta al equilibrio en las curvas con cambios rápidos.

La ligera cola del predecesor y su enorme sobreviraje son cosa del pasado. Ahora es más relajado y una línea limpia es sinónimo de triunfo. 

Factores para decidir la compra

El cuatro cilindros no es el problema: el nuevo Mercedes-AMG C 63 S empuja sin concesiones, si te apegas a la lógica de aceleración del coche. La acústica en el interior es genial… no así desde fuera. 

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