Prueba de un Jeep Wrangler III usado. ¿Mantiene el encanto?

El Jeep Wrangler es uno de esos coches que se diferencian del resto, que tienen ese “algo” especial que hace que lo ames… o lo odies. Por eso sus muchos amantes siguen adorándolo a día de hoy, aun cuando este Jeep tiene sus peculiaridades, por ejemplo, que se filtre agua en su interior cuando llueve. 

Hoy en día, un Jeep Wrangler III con un kilometraje de unos 130.000 kilómetros puede encontrarse por unos 13.000 euros en el mercado de segunda mano. 

Motores duraderos, pero…

En el Wrangler JK trabaja una generación de diésel common rail completamente nueva de la filial de Fiat, VM Motori. Y dura. Incluso si el anterior dueño se ha retrasado en los cambios de la correa de distribución, no hincará la rodilla en el suelo. 

Solo tienes que prestar atención a la temperatura del agua con este 2.8 CRD, especialmente cuando tires de un remolque. Y es que el Wrangler JK no fue concebido como vehículo de para remolcar por sus diseñadores estadounidenses. 

Por lo demás, el Wrangler rara vez causa problemas mecánicos. Eso sí, los primeros motores de gasolina 3.6 V6 (2012/2013) tienen culatas vulnerables, y por eso deben evitarse. Y comprueba que las guías del eje delantero no estén gastadas, si quieres un mínimo nivel de precisión cuando se conduce en línea recta.

El techo rígido de plástico tiene partes extraíbles. Pero el agua llega al interior a través de las numerosas juntas del techo, y luego huele a humedad. Verifícalo de la siguiente manera: ¿Hay óxido en el suelo de chapa?

Conclusión

En pocas palabras: el Wrangler de tercera generación es tan sólido como aparenta. Pero necesita un buen cuidado para no oxidarse, y su propietario necesita buen temple para soportar sus numerosas pequeñas deficiencias. Por lo demás, es un coche robusto y un gran compañero para salir del asfalto… y pasártelo bomba.