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Prueba del Ford Mustang Bullit. Dejaría boquiabierto a Steve McQueen

Prueba del Ford Mustang Bullitt

50 años después de la legendaria película de Hollywood protagonizada por Steve McQueen, el mito del Mustang regresa a la "pantalla grande" por tercera vez con esta edición especial. Nos hemos puesto al volante para exprimirlo, en esta prueba del Ford Mustang Bullit.

Estéticamente tiene detalles como el legendario verde oscuro metalizado o numerosos emblemas. Pero que realmente es "de cine" en el Ford Mustang Bullit es el apoteósico V8 atmosférico que bulle bajo el capó. Que es muy fácil por cierto. Con el tracto de admisión y la centralita del Shelby GT 500, produce 460 CV, diez más que en el Mustang GT.

VÍDEO: El Mustang Bullit al límite

Una bestia... por encima de las 3.000 rpm

Con eso, este Ford se dispara en unos cinco segundos de 0 a 100, y la "riendas electrónicas" contienen su poderío a los 263 km/h las riendas electrónicas. En sistema de 'launch control' con revoluciones de arranque regulables ayuda a matenerlo en su sitio. En esta prueba del Ford Mustang Bullit atestiguamos que, si lo que se quiere es producir mucho humo, lo mejor es seleccionar el modo "Line Lock". Inicialmente inventado para pilotos dragster, esta función puede bloquear las ruedas delanteras. Para que el Bullit no tenga que ir seguido constantemente por un camión cisterna, Ford le ha recetado una multiplicación muy larga.

Por eso este salvaje Mustang se vuelve demasiado dócil en la zona baja. Además, los recorridos de la caja de cambios de seis velocidades se nos antojan demasiado largas. Eso produce la sensación de que resulta algo esforzado poner a galopar a este caballo de 1.800 kilos. A partir de 3.000 vueltas, todo cambia. El equino pasa al ataque, y se lanza sin resuello hasta las 7.500 revoluciones, con el V8 desfogando una auténtica orquesta sonora. Tanto, que el sistema de sonido B & O Premium con sus 1.000 vatios suena casi como una pequeña radio portátil.

Cuando la electrónica al cambiar también activa el punta-tacón artificial para acortar al máximo los saltos entre vueltas, la sonrisa ya te llega a los lóbulos de las orejas. El Bullit tiene virtudes que lo convierten en un coche bastante redondo: frenos de estabilidad confiable, asientos cómodos y con buen agarre,  y cierto confort para viajes largos con la amortiguación adaptativa opcional "Magic Ride".

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