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Prueba del Citroën C4 PureTech 155 EAT8

La firma francesa sigue ampliando la gama de motores de uno de sus vehículos estrella, el Citroën C4. Es uno de los triunfadores, en lo que a ventas se refiere, tanto de su categoría como en el canal de particulares. Esta berlina reinventada con ciertos matices SUV destaca, sobre todo, por su rompedora imagen, algo a lo que nos tiene acostumbrados la compañía de los chevrones desde sus orígenes. 

Ahora, al BlueHDi 130 y al PureTech 130 se une uno de gasolina de mayor potencia, que es el de la prueba: el Citroën C4 155 PureTech EAT8. Este bloque, denominado EB2 y que nace como resultado de haber registrado 121 patentes, está fabricado bajo el criterio del downsizing para mejorar el consumo y las emisiones gracias a la reducción de tamaño, cilindrada y número de cilindros y optimizar el rozamiento.

¿Se ha pinchado la burbuja del downsizing?

Se trata de un tres cilindros, de 1,2 litros, inyección directa, sobrealimentación por turbocompresor, filtro antipartículas y distribución variable en la admisión y el escape. Podría decirse que uno de los elementos estrella del bloque es el turbo, que tiene un control electrónico de la presión de la sobrealimentación con la que se consigue un par máximo disponible, 240 Nm, a muy bajas vueltas, en este caso 1.750 rpm. Asimismo, destaca la elevada capacidad de rotación de su eje, que alcanza las 400.000 rpm. 

Prueba del Citroën C4 PureTech 155 EAT8

Y es que, como siempre, aunque más actualmente, el empeño por reducir el consumo y las emisiones es máximo. Para ello se introducen innovaciones que lo permiten como una bomba del aceite pilotada controlada electrónicamente y con electroválvula para gestionar el caudal de entrada del aceite. Asimismo, se ha optimizado la termogestión con una caja de agua, también pilotada, que hace que se consiga la óptima temperatura de trabajo. 

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Te podría seguir hablando de muchas, muchas más cosas mecánicas, quizá hasta el aburrimiento, pero déjame solo indicarte que Citroën ha empleado en los elementos que tienen más trabajo, como los bulones, los segmentos y los empleadores de válvulas un material llamado DLC, de 'diamaond like carbon', algo así como 'carbono con las características del diamante', para reducir el desgaste y el esfuerzo. 

Pero para aumentar el caballaje en este EB2ADTX, para pasar de 130 a 155 CV, se han llevado a cabo modificaciones en el circuito de admisión, conductos en culata, caudal del turbo, bujías, inyectores, cárter, cigüeñal y pistones, que son 'de tipo galería'. Todos estos cambios permiten disfrutar de ese aumento de fuerza que te comentaba y que hacen que sea una de las opciones más recomendables del mercado por su equilibrio entre potencia y consumo. Y es que durante la prueba del Citroën C4 PureTech 155 EAT8, en la que he recorrido 1.500 kilómetros, he logrado un consumo medio de 7,0 l/100. Lo cierto es que podía haber sido incluso más bajo si hubiese circulado constantemente en modo ECO, pero al hacerlo en Normal y en unos pocos trayectos en Sport, la cifra es mayor. Pero al César lo que es del César: para tratarse de un bloque de 155 CV me parece que está realmente bien.

Prueba del Citroën C4 PureTech 155 EAT8

¿Y por qué no he utilizado el modo más ecológico? Pues porque a bajas revoluciones parece que no tiene vida, que le falta chicha. Todo lo contrario en los otros dos perfiles, donde la electrónica es más permisiva y da carta libre a todos los caballos. Tiene energía, aunque no muy destacada por debajo de las 1.900 rpm. Pero es pasar esa barrera y toda la manada comienza a trotar, y casi hasta el corte y con un sonido bonito para tratarse de un bloque de tres cilindros. 

La verdad es que con la versión de 130 CV basta y sobra, pero si no te importa gastar unos euros más, siempre es bienvenida más potencia para adelantamientos e incorporaciones. Creo que los clientes comparten mi opinión, puesto que el 53% eligen el Puretech 130 manual, el 14% el automático y el 5% el de 155 CV. Ojo, que solo lleva a la venta desde finales de febrero.

Prueba del Citroën C4 2021 130 blueHDI

Y a este motor acompaña la caja de cambios automática EAT8, de convertidor de par, que destaca más por suavidad que por velocidad, aunque cabe señalar que en modo manual no es lenta -los cambios se hacen a través de las levas del volante-. No me ha gustado que a la hora de salir desde parado tienes que utilizar el gas con delicadeza y que a la de frenar, al reducir de marcha, algunas veces da tirones instantes antes de detenerse, como si se atragantase a la hora de bajar relaciones. 

En esta berlina se busca la comodidad, como ponen de manifiesto su confortable suspensión, con amortiguadores progresivos hidráulicos -elegidos casi por el 100% de los clientes-, y sus asientos, con un mullido con el que no se nota la fatiga y que filtra, aún más, las irregularidades de la calzada. Por ese motivo, me atrevería a decir que el Citroën C4 es el coche más cómodo del segmento y uno de los mejores para realizar largos viajes. Claro, que esta ventaja tiene alguna que otra desventaja: olvídete de darte una alegría realizando una conducción deportiva por un tramillo de curvas porque este coche no se ha creado para tal fin -la comodidad de su suspensión hace que al frenar brinde ligeros cabeceos-. 

Prueba del Citroën C4 PureTech 155 EAT8

El interior también presenta una imagen moderna, como en el caso del exterior. Va a la última al equipar un cuadro de instrumentos digital, pero es mucho más pequeño que el de todos sus rivales -excepto el Ford Focus, que por ahora no lo tiene ni como opción-. Aún así, ofrece una información clara, aunque el cuentarrevoluciones solo se ve en la visualización denoninada Cuadrantes -hay cuatro más: Mínimo, Navegación, Conducción y Ordenador.

En cuanto al espacio; los pasajeros traseros tienen un hueco destacado: unos seis dedos hasta el techo, y eso que es panorámico, que suele restar; y otros seis para las rodillas -con mi 1,78 m-. Las butacas son cómodas, incluso la central; lástima que su respaldo sea duro, algo lógico cuando esconde una apoyabrazos con trampilla que comunica con el maletero. Esta ha sido instalada para poder llevar en el objetos de gran longitud -el hueco de carga es hondo, tiene formas regulares, una boca de carga baja y cubica 380 litros-.

Si a todas sus buenas cualidades anteriores le sumas la luminosidad y los tantos huecos portaobjetos de los que disponen los pasajeros, tienes un producto muy bueno, fabricado en España y con un precio de 27.270 euros con el acabado Shine y campañas promocionales de Citroën

Prueba a fondo del Citroën SpaceTourer by Tinkervan

Valoración

Nota8

Ponemos a prueba el Citroën C4 PureTech 155 EAT8, la versión más potente hasta la fecha del compacto francés. Solo está disponible con cambio automático.

Lo mejor

Consumo contenido. Motor muy enérgico. Comodidad de marcha insuperable en el segmento.

Lo peor

Visibilidad trasera. En modo Eco parece que le faltan pilas.

Etiquetas: SUV, Coches compactos

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