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Prueba Alpine A110 R, el más rápido y salvaje de toda la gama

Prueba Alpine A110 R

Aquí tienes la prueba del Alpine A110 R, la versión más TOP de toda la gama de la marca francesa. Es la más ligera, la más extrema y la más rápida del Alpine A110, un coche que se alía con la ingeniería para multiplicar las sensaciones al volante. Se agradece poder conducir un coche así en medio de tanta ofensiva con el coche eléctrico.

Si hablamos de peso, los responsables de Alpine han logrado fijar la cifra en los 1.082 kilos, es decir, 34 kilos menos que un Alpine A110 S. Y ello, sobre todo, ha sido posible, gracias al uso masivo de la fibra de carbono. 

Este material está en el capó (2,9 kilos menos), las llantas (también en carbono, 12,5 kilos menos), la luneta trasera de carbono (ahorra otros cuatro kilos), los asientos monocasco Sabelt Track (otros cinco), los arneses, el escape...

Gracias a esa reducción del peso, el Alpine A110 R logra un paso de 0 a 100 km/h en tan sólo 3,9 segundos, con una velocidad punta de 285 km/h. 

Si hablamos del motor, este no cambia y sigue siendo el mismo cuatro cilindros turbo de 300 CV que encontramos en el A110S o el A110 GT. Lo que sí que han incrementado es el sonido que se escucha por los escapes: son de doble pared e impresos en 3D. No sólo se escucha más en el exterior, sino que también en el interior (cuenta con un tubo que sale de la admisión directamente hacia el habitáculo).

Prueba Alpine A110 R

A nivel de chasis, hay más cambios: el Alpine A110 R de esta prueba es 10 milímetros más bajo que el A110 S. Cuenta además con amortiguadores ajustables, ideales para sacar el 110% de las capacidades de este biplaza

El nuevo tren de rodaje va sustentado sobre unas barras estabilizadoras específicas, un 10% más rígidas en el eje delantero y un 25% en el trasero, mientras que los muelles de la suspensión ofrecen más de un 10% de rigidez extra frente a los del A110 S.

Los rivales del Alpine A110

Esta nueva configuración se nota desde el minuto uno que te pones en marcha, ya el que Alpine A110 R es capaz de conectarte con el asfalto de forma brutal y copiar cada centímetro. Para agarrarte a él, en Alpine no han dudado de introducir unos neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2, unas gomas semi-slick que, con frío o lluvia, te obligan a ir muy atento porque no trabajan bien hasta que no cogen temperatura. 

Prueba Alpine A110 R

Para dejar todo en su sitio y calmar tus ímpetus, los frenos Brembo con discos de 320 milímetros de diámetro delante y detrás me parecen la mejor opción, ya que parecen no desfallecer nunca. Los ingenieros, además, han acoplado unas piezas nuevas para canalizar el aire y refrigerarlos de forma óptima.

¿Hablamos de aerodinámica? El A110 R ha modificado varios elementos como el alerón trasero específico (con soportes tipo cuello de cisne), el difusor (con aletas más grandes y más bajas), el fondo plano, las llantas y el splitter delantero o los faldones ayudan a proporcionar mayor estabilidad en curvas y a alta velocidad. Detrás logra un downforce de 110 kilos a máxima velocidad y delante de 30 kilos extra.

Alpine A110 R: un interior de carreras

Revestido en microfibra y con unos tiradores de tela rojos, lo más impresionante del interior del Alpine A110 R son sin duda los asientos monocasco Sabelt Track inspirados en la competición. Son de fibra de carbono con almohadillas de microfibra y vienen equipados con arneses de competición de seis puntos homologados.

Quizá habría modificado también las levas del volante, que se me hacen pequeñas y en algunas circunstancias de  conducción, con el volante girado no las encuentras o tienes que retirar demasiado la mano. Luego hay algo innato a todos los Alpine que es la casi total ausencia de huecos portaobjetos para dejar las cosas del día a día, como la cartera, el teléfono, etc...

Prueba Alpine A110 R

Me pongo en marcha para sentir como funcionan los nuevos compañeros de viaje de este Alpine A110 R. Tengo que decir que no hace mucho ya pude probar a la que en su momento era la variante más deportiva, la A110 S y tengo que decir que me dejo un gran sabor de boca. 

La sensación de ligereza es el punto más fuerte de este biplaza y eso hace que sus 300 CV empujen con mucho ímpetu y den mucho de sí. No hacen falta 500 CV para pasárselo en grande, es cuestión de quitar peso.

Lo que es increíble es que, en las primeras curvas que ataco con decisión, el feedback es de un coche super bien asentado en la carretera y con un aplomo brutal. La puesta a punto del chasis y la suspensión hacen que el Alpine más radical se inscriba en el giro con una facilidad inusitada. 

Prueba Alpine A110 R

Ni siquiera en frenadas fuertes se mueve la zaga. La dirección es rápida y precisa y gana en comunicación, con una sensación de tener buen grip delante, algo que ha mejorado la sensación de flotabilidad del A110 GT.

A pesar de ser un propulsión, la capacidad de tracción es muy elevada y es fácil abrir gas incluso con parte de la dirección girada (tiende a irse más de morro que de atrás).

El coche va muy bien plantado, no es extremadamente ruidoso y tampoco es incómodo a pesar de su suspensión firme, incluso más rígida que la de un A110 S. Tampoco resulta especialmente incómodo a la hora de pasar sobre resaltos, pues no toca ni raspa pasándolos a velocidades normales.

Prueba Alpine A110 R

¿Cosas a mejorar? A nivel dinámico, pocas o ninguna. Sin embargo, ni el sistema multimedia, ni la pantalla o la cámara de marcha atrás (que te ayuda en las maniobras, porque no hay espejo retrovisor interior), están a la altura de un coche que arranca en 107.000 euros. 

Pero en definitiva, de lo que no cabe duda es de que el Alpine A110 R que hemos probado es una bestia de deportivo: ligero, potente y muy divertido de disfrutar en pista o en un puerto de montaña.

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