Prueba del Abarth 695 esseesse 2021: ¡para coleccionistas de sensaciones fuertes!

En un mundo cada vez más electrificado, ¿qué sentido tiene comprarse un Abarth? Y dentro de la gama, ¿una serie limitada para coleccionistas? Hemos probado el Abarth 695 esseesse 'Collectors' Edition' y tenemos tantas respuestas para esto como razones que lo avalan. 

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Llegan las vacaciones de verano y uno debe terminar muchas cosas antes de cerrar un poco el portátil (porque con esto del teletrabajo, ya no valen expresiones como ‘marcharse para casa’). Y de pronto, llega de Abarth por correo una invitación de lo más… tentadora: Balocco. 

Esto ya enlaza como la mejor campaña de marketing con la tradición deportiva de la marca, con la pasión por la conducción, con el estilo italiano… con todo lo que representa esta marca, fundada en 1949 y recuperada en 2008 dentro del Grupo Fiat (hoy, Stellantis). 

70 años de Abarth: precisión austriaca, pasión italiana

Pero es que, encima, la presentación de la nueva criatura del escorpión iba a ser presentada en el mítico circuito de pruebas italiano, concretamente en la pista Alfa Romeo. Pues portátil y cámara de fotos a tope de batería, que ya es hora de probar un vehículo que, por el contrario, no tenga nada que ver con los enchufes ni la electrificación. ¡Que los amantes de la gasolina también tenemos nuestro corazoncito! 

Vídeo: prueba del Abarth 595 Monster Energy Yamaha

“No se trata de gastar gasolina, sino de (cómo) usarla”, me comenta el jefe de Producto de Abarth, Francesco Morosini. Y por eso, además de potenciar el Fiat 500 de hoy con el ‘veneno’ de la potencia y las prestaciones, han querido en 2021 lanzar una nueva edición aún más especial, inspirada en aquella 695 assesta corsa de 1964 (que llegaba a los 38 CV y alcanzaba una velocidad máxima de nada despreciables 140 km/h): el nuevo Abarth 695 esseesse 2021 para coleccionistas, un paso más a la gama Abarth 595. 

Prueba del Abarth 595 esseesse 

Tengo la suerte de haber seguido muy de cerca a esta marca en los últimos tiempos, antes y después de los actos de celebración con motivo de sus siete décadas de brillante historia. Y por eso, es fácil adivinar que uno se va a divertir y mucho con cualquiera de estos juguetes y que mezclan ingredientes espectaculares. Los propios de esta serie especial un mix de tecnología y aerodinámica para lograr un cóctel sensacional (en todo el sentido de la palabra) y realmente explosivo. 

 A partir del motor 1.4 T-Jet de gasolina, se consiguen 180 CV (como sucede en otros modelos de la gama, como el Abarth 595 Competizione) con un par de 250 Nm a 3.000 rpm, asociados a una caja de cambios manual de 5 velocidades), pero está disponible como opcional un cambio secuencial robotizado Abarth con levas en el volante.

La reducción de peso de este y otros componentes y las mejoras aerodinámicas hacen el resto. Por un lado, el capó es un 25% más ligero, con unas formas especialmente estudiadas; por otra, las ruedas, en las que se ahorran 5 kilos…Y finalmente, un alerón sobre la luna posterior regulable de 0 a 60 grados como el que vimos en la edición conmemorativa del 70 aniversario, así como unas salidas de escape Akrapovic hacen el resto, tanto de cara a las sensaciones que transmite este coche como al crono.  

Así, las prestaciones son más brillantes, y permiten volar con esta máquina hasta los 225 km/h con la inclinación del spoiler a cero grados, una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 6,7 segundos y un 0-400 metros en 15,1 segundos ¿Serán datos suficientes para disfrutar en pista?   

¡A lo (Ba)locco! 

Es hora de desfogarse en este mítico trazado. Con un casco, me toca una unidad en la que los asientos Sabelt tipo baquet personalizados para la ocasión, me recuerdan que es una de las 695 unidades de este color Negro Scorpione (las otras 695 están en Gris Campovolo). Y claro, que los responsables de interiores me perdonen, porque es el momento de apagar el sistema de infoentretenimiento Uconnect con navegación por satélite, pantalla táctil de 17,8 cm (7") con compatibilidad integrada con Apple CarPlay y Android Auto y radio digital DAB... y disfrutar de otro tipo de música, la de su mecánica y, quizás, el chirriar de sus neumáticos de llanta 17", ya que aquí se puede... 

Siempre que subo en un Abarth de esta ‘familia’, me descubro echando mano a una inexistente palanca bajo la butaca para tratar de regularla en altura. Y entonces, también recuerdo que, por desgracia, la columna de dirección sólo se desplaza de arriba a abajo y no permite regular el volante en profundidad, al igual que esa incómoda rueda en el lado izquierdo del respaldo que queda demasiado cerca del pilar B y para cuyo accionamiento has de abrir la puerta o estirar el brazo desde atrás. 

Así que, como ya me lo sé, invierto bastante tiempo en colocarme bien en el cockpit, porque tengo la certeza de que pronto voy a agradecer y mucho haberme tomado tantas molestias en acoplar mi metro noventa de altura en una posición razonablemente cómoda para ir rápido, bracear y tener el cambio a mano con unos buen juego de pedales ¡porque me van a hacer falta! 

Es hora de girar la llave de contacto, a la antigua usanza y dejar que empiece una fiesta enseguida aderezada por el botón del escorpión y la entrada en funcionamiento del modo ‘Sport’: esa palabra iluminada en el manómetro del turbo, un cuadro de mandos con información específica y en tonos rojos, el sonido del escape más ronco desde el minuto uno y, lo más importante, una respuesta del motor aún más inmediata al pisar el acelerador. 

Engrano la primera en una palanca de cambios rematada en fibra de carbono, agarro el volante de piel y Alcántara… y “¡a jugar!”, como me desea un mensaje que aparece en el móvil. Los apasionados por los deportivos italianos abundan por el mundo y en mi entorno siempre tengo una buena representación. Así que bueno, ya habrá tiempo de contestar, que como no asegure el móvil en mi propio bolsillo o en el de la puerta, cualquier cosa puede suceder, ya que los huecos potaobjetos bajo la consola central nunca han sido el punto fuerte de este modelo, ni por abundancia ni por profundidad, ni en el Fiat 500 más dócil ni en este pequeño-gran bólido.  

Acelerón, soplido del turbo, y enseguida este motor me recuerda el delicioso petardeo que ofrece al soltar el acelerador y volverlo a pisar a fondo entre una marcha y la siguiente. En los tiempos que corren es un gustazo no prestar atención al velocímetro, sino a cómo sube el cuentavueltas y, al rato, a los puntos de frenada en los carteles que indican los metros que quedan para la próxima curva, o la trazada ideal de este divertidísimo, histórico y técnico circuito.  

En las primeras deceleraciones pisando el pedal central, todo funciona a las mil maravillas, pero la activación automática del warning me avisa de forma involuntaria que quizás estoy apurando demasiado los frenos (con pinzas Brembo rojas de 4 pistones en la parte delantera y discos autoventilados de 305/240 mm en la parte trasera) y debo preservar un poco mejor la integridad y temperatura de las pastillas. ¡Sin problema! 

Poco a poco voy cogiendo más y más confianza (y velocidad) ya que los apéndices y spoilers aerodinámicos van haciendo su trabajo a la hora de pegar el coche al suelo (hasta 42 kg de carga extra con el spoiler a tope de inclinación) y sobre un chasis muy corto pero bien reglado que permite disfrutar desde los primeros metros, transmitir aplomo en curvas rápidas o ser ratonero en los virajes más cerrados si así se lo exiges. 

Sigo buscando los límites de la pista y del agarre con los neumáticos ya más cerca de su temperatura óptima. El comportamiento general es muy bueno, pero es cierto que, al igual que en otras ocasiones con Abarth similares, sigo pensando que la palanca de cambios que gestiona esta caja manual de cinco relaciones deja un poco que desear en longitud (algo excesiva para mi gusto) y precisión, por lo que para habría que plantearse la instalación del cambio automático con levas en el volante para exprimir mejor las posibilidades de este nuevo 695 esseesse. 

A cambio, el tren delantero no flota y aunque hay que ser consciente en todo momento de las contenidísimas dimensiones de este coche (y que si se te va, se te va del todo sin ‘derecho’ apenas de ‘culeo’ y demasiado margen para corregir un posible sobreviraje), tampoco es que tienda a lo contrario, al ‘morreo’ pese a ser un tracción delantera, y el conjunto sigue resultando aplomado aun con una batalla tan corta. ¡Buena culpa de ello también la tienen los amortiguadores Koni FSD de ambos ejes!

El más caro

Es hora de dar por finalizada esta primera prueba del Abarth 695 esseesse 2021, que se ha convertido en el 'Cinquecento' (para entendernos, ya que esta denominación es para Fiat) más caro de la gama del escorpión, ya que su precio arranca en los 37.450 euros.

Desde luego y el cuerpo pide aparcarlo bien cerquita de una de las primeras unidades existentes del original. O mejor, llevárselo ‘puesto’ hasta el garaje de casa para poder exprimirlo de vez en cuando en tandas de circuito, por ejemplo, o usarlo para alegrase cada mañana con unas buenas dosis de “adrenalina para el día a día”, como dice por aquí la gente de la marca. ¿Para qué te lo comprarías tú? 

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