La especulación está a la orden del día en multitud de sectores y el de la automoción no es ninguna excepción. Son muchos los que compran los bólidos más exclusivos solo para tenerlos en una burbuja y, tiempo más tarde, sacarles rendimiento económico. Sin embargo, hay marcas que intentan parar la reventa de sus modelos, Tesla es la última en querer hacerlo.

La compañía estadounidense hace mucho tiempo que dejó atrás sus problemas de producción y entregas, por lo que parece que especular con uno de sus coches no tiene mucho sentido. Eso es así con el grueso de la gama… excepto por uno de sus automóviles en concreto: el Tesla Cybertruck.

Con un lanzamiento que se ha retrasado en varias ocasiones, el pick-up eléctrico ya está viendo la luz al final del túnel. Sin embargo, la demanda existente del modelo es enorme (se habla de dos millones de interesados) y hay una gran lista de espera, lo que es el caldo de cultivo perfecto para que los especuladores que están en los primeros puestos quieran hacer negocio.

Sin embargo, no les será tan sencillo y es que Tesla no va a permitir su reventa durante el primer año de propiedad y quien no cumpla con esta cláusula tendrá que pagar una multa a la marca de nada menos que 50.000 dólares, es decir, unos 46.000 euros al cambio actual. 

Además, la firma se guardará el derecho de, si lo considera, no volver a vender a ese cliente más coches en el futuro, por lo que podrían quedarse también sin el nuevo Roadster cuando (si es que) se lance.

La marca es muy clara en el texto de su política de no reventa, que deja claro que es solo para el Tesla Cybertruck y en la que también apunta que será la misma compañía la que, si considera que está justificado, se lo recomprará al cliente con un precio que será el de fábrica menos 0,25 dólares por cada milla recorrida.

Si por el motivo que sea, Tesla se niega a comprar el vehículo, el cliente podrá revenderlo a un tercero solo después de recibir el consentimiento por escrito de la marca.