Logo Autobild.es

No soporto a los conductores de los híbridos

Toyota C-HR 2024

Reflexionamos sobre el tipo de conducción al que nos 'empujan' los coches híbridos. De primeras no es la ideal, pero luego se convierte en un adictivo hábito. ¿La eficiencia lo es todo?

Son las 12 de la mañana, la inmensa mayoría de los conductores hace horas que ha dejado su coche aparcado en el trabajo o en su propia casa, si es que teletrabajan; el tráfico en Madrid es absolutamente fluido y, de repente, me veo obstaculizado por un coche que circula anormalmente despacio y que da la impresión de no saber muy bien qué hacer o por dónde ir, y ese coche suele ser un Toyota.

En inicio, esto ocurría más con el Prius, pero ahora suelen ser Corolla, Yaris, C-HR e incluso RAV4... Y yo me pregunto: ¿Qué les pasa? ¿Por qué no van a un ritmo normal?

Sin duda, ese gen de conductor madrileño, que me lleva a conducir siempre con prisa aunque no llegue tarde, es el que hace que me desquicie.

Y de repente, un día, conduciendo a media mañana por la M-30, recibo un bocinazo y al mirar por el retrovisor veo que el conductor de un coche alemán me hace aspavientos como para indicarme que acelere, que le estoy entorpeciendo.

En ese momento, me doy cuenta de que voy al volante de un Toyota C-HR y caigo en la cuenta de que mi mente ha debido sufrir algún tipo de mutación. Algo me lleva a circular pensando más en reducir el consumo al máximo que en llegar cuanto antes a mi destino.

Sí, no soporto a los conductores de Toyota, y a la vez ¡soy yo el que esta vez conduce el Toyota! ¿Me estoy volviendo loco? No, para nada. Lo que pasa es que Toyota ha logrado algo que el resto de fabricantes anhela: asociar su marca a la eficiencia. 

Llevan años hablando, fabricando y vendiendo híbridos como churros y eso supone que sea la primera marca que la gente se plantea cuando quiere comprar un coche con Etiqueta ECO de la DGT. Y como cada vez más modelos de su catálogo son híbridos, cruzarte con uno de ellos no es casualidad, sino la tónica habitual en el día a día de la capital.

Algo similar ocurre cuando hablas de la tracción integral, muchos seguramente piensen en los Audi quattro; y en su época, cuando todo el mundo quería un diésel, directamente lo llamaba TDI, aunque estuviera pensando en un modelo que no era del Grupo VW.

Por si eres fan de Toyota y todavía no te ha quedado claro, te confirmo que no sólo no tengo absolutamente nada en contra de Toyota, sino que creo que es digno de aplauso cómo han sabido que su mensaje de coches eficientes cale en la sociedad. 

Y, además, para dejar claro que no sólo saben hacer coches eficientes, ahí tienen su gama GR (GR Supra, GR Yaris y GR86) para hacernos vibrar con su sonido, prestaciones y comportamiento.

Una reflexión al ralentí

Esto me lleva a reflexionar sobre si la emoción de conducir va a desaparecer cuando ya sólo se fabriquen coches eléctricos. Y en esto no me importa jugármela, estoy seguro de que no. 

Habrá eléctricos que nos dejen con la boca abierta no sólo por su salvaje aceleración, que eso ya lo tenemos a día de hoy, sino que nos corten en aliento en una carretera de curvas, incluso con su sonido, aunque sea artificial. No, no será como un V8 rugiendo a todo pulmón, pero o nos adaptamos o morimos. Es lo que hay.

Un consejo

Como no puede ser de otra manera, mi consejo en este caso tiene que ir dirigido hacia una conducción eficiente. Así que te recomiendo que leas cómo hacer una conducción eficiente y ahorrar hasta un 15% de combustible.

Y si quieres profundizar un poquito más y saber cómo hacer que un híbrido gaste menos, te recomiendo este vídeo: ¿Cómo reducir el consumo en un coche híbrido? 

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.