Ni se te ocurra hacerlo: estos son los peligros de almacenar gasolina dentro de tu casa

Es probable que, aprovechando alguna ocasión en la que los combustibles hayan estado especialmente baratos (seguro que en 2022 no ha ocurrido), hayas sentido la necesidad de comprar gasolina o gasóleo para guardarlo en casa como una reserva para cuando los precios volvieran a subir.

Sin embargo, almacenar gasolina dentro de tu casa es una práctica que conlleva una serie de peligros a tener en cuenta. Si bien es cierto que está permitido hacerlo, hay una serie de requisitos que debes cumplir antes de comprar depósitos y llenarlos de gasolina o diésel para dejarlos guardados en casa.

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Una de las normas que deben cumplir los clientes particulares es que no pueden comprar más de 60 litros de carburante por cada envase, limitando a 60 litros la gasolina y a 240 litros el gasóleo. Tampoco puedes guardar el combustible que compres en botellas, tanques o cualquier reciente, solo aquellos bidones debidamente homologados que puedes comprar, por ejemplo, en la propia gasolinera.

La DGT tampoco recomienda transportar combustible en el coche y, de hacerlo, no lo permite en el mismo espacio en el que vayan los pasajeros, por lo que tendrá que ir en el maletero y en un bidón cerrado herméticamente y fabricado con materiales homologados. Por supuesto, deberá ir correctamente sujeto de forma segura. De no cumplir estas normas, la multa ascenderá a 3.000 euros.

Por otro lado, no es recomendable almacenar gasolina o diésel en casa, ya que, además de que ocupan bastante espacio los bidones en los que se pueden transportar, los carburantes pierden sus propiedades rápidamente, degradándose mientras pierden sus cualidades.

De almacenar gasolina dentro de casa en bidones o recipientes no homologados para ello, te expones a peligros que afectan a la salud provocados por los vapores que emanan del combustible, como enrojecimiento y ardor en los ojos, desprendimiento de retina y ceguera, pérdida de oído y olfato, diarrea, vómitos y perforación del esófago, entre otros.

Además de estos evidentes problemas para la salud provocado por los vapores que emanan de los carburantes fósiles, es especialmente peligroso almacenar gasolina en casa indebidamente, ya que pueden provocar detonaciones o, en caso de incendio, acelerar las llamas dificultando su extinción.