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Este Mini monta el motor de una Kawasaki Ninja

Mini clásico con motor de Kawasaki Ninja
Sube hasta 13.000 vueltas.

El Mini original es un clásico de la historia de la automoción, un modelo concebido para ser pequeño y ágil, pero al que los preparadores han sabido sacar partido para, aprovechando su ligereza, crear auténticos misiles en miniatura. Uno de los puntos clave es que, debido a su poco peso, tampoco hace falta un motor de tamaño descomunal para conseguir una rendimiento muy bueno, y si te decantas por el bloque de una moto como la Kawasaki Ninja el resultado es realmente bueno.

Viejas glorias: Mini clásico

La idea puede parecer algo loca, pero se le ocurrió a un canadiense que quería transformar su ejemplar del 91, al que decidió montar el bloque de 998cc de un Ninja ZX-10R… justo detrás de los asientos. Hablamos de un propulsor situado en posición central-trasera, con una potencia de 185 CV, subiendo hasta las 13 revoluciones por minuto y mandando toda su fuerza a las ruedas traseras a través de una caja de cambios manual de seis marchas con las relaciones acortadas.

Dicha combinación asegura unas prestaciones realmente interesantes y, sobre todo, una experiencia de conducción única, en gran parte a la sonoridad del motor (que incluso hace que el conductor opte por llevar tapones para los oídos al conducirlo).

Ahora bien, su salvaje mecánica está acompañada de un trabajo muy completo de personalización exterior e interior. La carrocería recibe paragolpes específicos en frontal y zaga, los pasos de rueda ensanchados dejan los remaches a la vista, tanto el difusor como el alerón son enormes y las pequeñas llantas dan el toque de color al conjunto.

El habitáculo, por su parte, es considerablemente más espartano que el del modelo de serie, luce un salpicadero específico, asientos de competición y una jaula antivuelco por cuestiones de seguridad.

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