A los coches de Ford no les engorda el chocolate

Los ingenieros de Ford se han inspirado en las barritas más ligeras de chocolate para producir plásticos más livianos. El proceso consiste en inyectar burbujas de gas durante el proceso de fabricación de los componentes.

Tradicionalmente, siempre ha resultado complicado bajar el peso de los componentes de plástico de un coche sin tener que sacrificar aspectos clave que afectan a su resistencia, su vida útil o el correcto desempeño de otras funciones. La tecnología MuCell introduce las burbujas de gas durante el proceso de moldeado. El resultado es que se forma una estructura microscópica similar a la de un enjambre de insectos. Los pequeños espacios vacíos permiten ahorrar en el material utilizado sin afectar a la integridad del plástico.

Conviene tener en cuenta que el peso de un vehículo es decisivo en el nivel de emisiones que genera y, por tanto, cuando la masa es menor, se ahorra combustible y se emite menos CO2 a la atmósfera.

Además, la tecnología MuCell tiene otros beneficios son como los de necesitar menos presión para moldear los plásticos y aumentar la productividad hasta en un 33% respecto al procedimiento convencional (medido en número de piezas por hora). Esto significa que, gracias a esta nueva técnica, se mejora la eficiencia, se gasta menos energía y se optimizan los costes de fabricación.

Una de las primeras aplicaciones de la tecnología MuCell serán los recubrimientos de plástico de los motores de modelos como los Ford Focus, C-Max, Grand C-Max, S-Max, Mondeo y Galaxy de los próximos años. Ford se ha comprometido a reducir el peso –como iniciativa de protección medioambiental- al menos en 100 kg en sus vehículos pequeños, y en 300 kg en los grandes, antes del año 2020.