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Las gafas que te permitirán vivir tumbado

Las gafas que te permitirán vivir tumbado

Mónica Redondo

Las gafas para leer tumbado son un invento que data de 1936 pero aún está a la venta. Por muy poco dinero puedes hacerte con unas pero, según una encuesta, más del 50% de los usuarios asiduos a la tecnología aseguran que éstas han hecho su vida más complicada y estresante.

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Un convaleciente Jack Nicholson veía la televisión tendido en la cama del hospital en una escena de la película Ahora o Nunca, gracias a unas extrañas gafas que le ahorraban la tarea de incorporarse. Las gafas para leer tumbado pueden ser un invento útil para aquellas personas con problemas de movilidad, pero para el resto, ¿de verdad lo más sencillo es comprar unas extravagantes gafas para leer o ver la tele tumbado? ¿Acaso una extraña fuerza oculta nos impide incorporarnos?

A veces parece que la tecnología nos complica más la existencia, pero quizás la culpa no sea de los inventos, sino nuestra, que aún no sabemos usarlos. Las gafas para leer tumbado no son un invento novedoso. El primer prototipo apareció en 1936, y la idea fue publicada en algunas revistas especializadas como la Modern Mechanix, que acompañaban el texto con imágenes. ¡Aquello era el futuro! Mujeres en blanco y negro portaban estas gafas para leer en la playa, echadas sobre la toalla y desbordantes de felicidad.

El invento no cuajó del todo, pero a día de hoy sigue estando a la venta. Su secreto reside en los cristales: prismas que desvían la trayectoria de la mirada 90 grados. Según una encuesta realizada por Advertising Age, más del 50% de los usuarios asiduos a la tecnología aseguran que ésta ha hecho su vida más complicada y estresante, tanto por la dependencia que genera como por la imposibilidad de desconexión que deriva de ella. Precisamente estos dos factores no son culpa de los inventos, sino del mal uso que hacemos de ellos. Algo similar sucede con estas gafas.

Eliminarás los cinco segundos que te supondría incorporarte, sí. Pero no todo es tan sencillo. Deberás acostumbrarte a ver el mundo a través de los prismas (por supuesto, sin graduar) y no descartes algún que otro mareo. Además, aunque a priori ganes en comodidad, los médicos desaconsejan permanecer demasiado tiempo tumbado para evitar dolores de espalda. Las gafas para leer tumbado son un invento cuyas virtudes quedan en parte ensombrecidas por sus inconvenientes. En serio, ¿no es más fácil erguirse? Quizás sin ellas un enfermo Jack Nicholson no hubiese podido ver la televisión. Pero tú no te compliques, tardas menos moviéndote.

Fuente: El Mundo

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