Con los enchufables sucede como con los modelos de combustión: que el consumo que prometen pocas veces se corresponde con el real. Esto, a nivel de rango, se traduce en que los kilómetros a recorrer con cada recarga son menos de los esperados. Por eso, todos los fabricantes buscan trucos para ampliar la autonomía de los coches eléctricos, como la frenada regenerativa y el modo B.

En qué consiste la frenada regenerativa de los coches eléctricos

La mayoría de los fabricantes de vehículos eléctricos (podríamos decir todos, en realidad) recurren a la frenada regenerativa para recuperar una pequeña parte de la energía consumida sin necesidad de pasar por un enchufe.

Sin entrar en explicaciones demasiado técnicas, esta tecnología lo que hace es aprovechar la energía cinética que se produce en las deceleraciones (cuando se reduce la velocidad) y frenadas (cuando se pisa el freno) para devolverla a la batería. Esta infografía lo explica con más detalle:

"El motor eléctrico en conducción normal impulsa las ruedas del vehículo hacia delante, pero como puede funcionar en dos direcciones, al decelerar y frenar, cambia de dirección y se convierte en un generador capaz de cargar la batería", explican los expertos de la DGT. "Es decir, es un sistema que transforma la energía cinética e inercial que genera la frenada en energía eléctrica que almacena en la batería", añaden.

La cantidad de electricidad que genera el sistema de recuperación de energía en deceleraciones y frenadas es directamente proporcional a la fuerza de frenado en la que influyen tanto la velocidad a la que circula el vehículo como la duración de la frenada.

La 'magia' del botón B

Como decimos casi todos los fabricantes que, a día de hoy, comercializan modelos eléctricos apuestan por la frenada regenerativa para aumentar la autonomía. Ahora bien, lo hacen en diferente medida y de distinta forma.

Hay coches eléctricos e híbridos enchufables en los que el sistema de recuperación de energía funciona de manera automática, sin que el conductor pueda actuar sobre él. En otros, el coche permite al conductor seleccionar en qué medida quiere recuperar energía.

Para activar/desactivar la frenada regenerativa muchos coches incluyen el botón B en el selector de cambios (los hay que no tienen botón y el modo B se activa desplazando la palanca de cambios ligeramente a la izquierda).

Sin importar el modo en que se active es importante recordar que con el sistema de recuperación de energía activado el comportamiento del coche cambia: la dirección se vuelve más dura pero es el pedal de freno el que asume el mayor cambio lo que exige un breve período de adaptación, especialmente en circulación urbana y durante las maniobras.