Diferencia entre climatizador y aire acondicionado

Los coches cada vez tienen más y más sistemas dedicados a conseguir que los ocupantes estén lo más cómodos posibles. La evolución es tal que en ocasiones algunos llegan a reemplazar a otros directamente, aunque en otras pueden convivir y cumplir funciones similares aunque con sus propias particularidades. Te contamos la diferencia entre climatizador y aire acondicionado.

Ambos son sistemas que están pensados para regular la temperatura que hay en el interior del habitáculo, pero el aire acondicionado lo hace de una manera más sencilla, arcaica y que requiere mayor intervención por parte del usuario; mientras que el climatizador está más avanzado y es más autónomo.

Aire acondicionado

El sistema de aire acondicionado toma aire del exterior del vehículo y lo introduce en el interior del habitáculo de manera constante a la temperatura estima que haya seleccionado el usuario y en la cantidad elegida.

El sistema suele estar formado por dos ruletas, una que permite seleccionar en qué cantidad “se abre” el aire, para que tenga un flujo mayor o menor; y otra para elegir si se quiere que salga de más frío a más caliente.

La clave aquí está en que no se establece un temperatura concreta, si no que se elige más o menos frío o calor, por lo que el sistema introduce aire de manera constante sin tener en cuenta las variaciones que haya en el habitáculo, por lo que para evitar tener demasiado frío o demasiado calor habrá que interactuar con él de manera constante.

En resumidas cuentas, para tener una temperatura agradable según nuestro gusto en el interior del coche habrá que estar bastante pendiente y toda regulación habrá de ser manual.

Climatizador

Es precisamente ese problema el que solventa el climatizador del coche. Aunque en el fondo se trata de un sistema similar, éste añade sensores que le permiten saber qué temperatura hay en el habitáculo y actuar en consecuencia.

Por decirlo de una manera sencilla, con el climatizador seleccionas el resultado que quieres (23 grados, por ejemplo) y es el propio sistema el que se encarga de variar el flujo del aire y la temperatura a la que tiene que salir para alcanzar ese objetivo.

Es bastante más práctico que el aire acondicionado, puesto que solo basta con seleccionar la temperatura deseada al comienzo del viaje y dejar que actúe por su cuenta, por lo que además también supone un factor de distracción menos a la hora de conducir.

A día de hoy es el más habitual en los coches nuevos que se venden, a no ser que hablemos de automóviles de muy bajo coste o de versiones de acceso “peladas” de equipamiento de algún modelo.

De hecho, cada vez es más común que los climatizadores tengan varias zonas (dos o tres, por norma general) que permitan ajustar cada una de ellas al gusto de quien las ocupe de manera independiente.