DGT avisa de que este efecto es tan peligroso como el alcohol

Si pensamos en un accidente de tráfico, las causas que se nos pueden venir a la cabeza son, probablemente, el uso del teléfono móvil, estar bajo los efectos del alcohol, falta de reflejos, consumo de drogas, exceso de velocidad… pero rara vez pensamos en la somnolencia. 

Lo cierto es que es difícil estimar cuántos siniestros implican a los conductores dormidos, pero la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil sospecha que, sólo en 2021, el 7% de los accidentes mortales fueron causados por este motivo. Es más, se calcula que desde hace una década, al menos 75 personas pierden la vida y 250 resultan heridas graves cada año por culpa de la somnolencia al volante. 

En la Jornada Sueño y Conducción de la DGT, su director, Pere Navarro, definió la somnolencia al volante como “un problema de salud pública” y “un asunto al que merece la pena dedicar nuestra atención”. 

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La somnolencia, un problema de seguridad vial

Según los datos de la Sociedad Española del Sueño, en el mejor de los casos los españoles llegamos a descansar una media de 6,8 horas cada noche. Asimismo, la Sociedad Española de Neurología afirma que un 30% de la población padece algún tipo de trastorno del sueño (el 4% de forma crónica). 

Esto mismo supone un gran problema ya que la falta de sueño no se queda en nuestra cama, sino que muchas veces se traspasa a la carretera. El riesgo de sufrir un accidente de tráfico causado por un conductor que ha dormido 5 horas es, precisamente, cinco veces mayor al de una persona que ha descansado. 

Es más, si llegamos a combinar la falta de sueño con alcohol, el riesgo se multiplicaría por 30. “Una investigación estadounidense reveló que después del alcohol el sueño es, probablemente, el factor que más incide en los accidentes de tráfico”, afirmó Navarro. 

“Pero, sobre todo, se reduce la percepción de riesgo, algo muy peligroso. Los siniestros viales se producen porque se toma una decisión incorrecta por una percepción de riesgo errónea”, añade Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia. 

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Una problemática que va más allá de la tecnología avanzada

El siniestro típico que se produce provocado por el sueño suele ser de noche, en una salida de vía, y en la que el conductor viaja solo y termina impactando contra un objeto. Normalmente el resultado suele ser mortal ya que, al ir somnoliento, no frena. Con el fin de prevenir este trágico final, Álvaro Gómez, director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, ha declarado: “Hoy en día ya tenemos Sistemas Avanzados de Ayuda a la Conducción (ADAS) obligatorios, como el frenado de emergencia, que tienen un impacto directo en la somnolencia al volante”. 

Los primeros sistemas de detección de la somnolencia han estado relacionados con el tiempo que el conductor pasa al volante: cada dos horas, una señal luminosa avisaba al conductor de que debía descansar. Pero lo cierto es que esta ayuda únicamente ha provocado rechazo ya que, normalmente, cuando aparecía el aviso, el conductor no se sentía cansado. 

“El 22% de los conductores confiesa haber desconectado este sistema en su vehículo”, explica el presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño, Carlos Javier Egea Santaolalla.

El futuro en el que el coche pueda tomar decisiones en caso de que el conductor se duerma al volante, aún está por llegar. Además, los expertos han afirmado que, por mucho que se llegue a introducir tecnología avanzada, la batalla no se va a librar únicamente con esa solución. 

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Infraestructuras capaces de prevenid los siniestros por somnolencia 

Tal y como asegura el director del Observatorio Nacional de la Seguridad Vial de la DGT, Álvaro Gómez, “medidas como las bandas sonoras, la separación física de sentidos, las carreteras dos más uno o los márgenes clementes son medidas que muestran que tienen un impacto previniendo entre un 20 y un 30% de los accidentes”. 

Estas son, por tanto, las infraestructuras capaces de prevenir los siniestros por somnolencia: 

1. Zonas de descanso. Los estudios científicos sólo avalan un recurso contra la somnolencia al volante: descansar. Para ello, es necesario poder contar con una red de sitios donde descansar, áreas de servicio y aparcamientos seguros. 
2. Bandas sonoras laterales. Sirven para advertir a los conductores de que su vehículo está a punto de salirse de la calzada. La estimación más optimista asegura que las bandas sonoras evitan unos 255 siniestros viales por salida de vía al año, aunque otros apuntan a que es mucho más probable que esa reducción se encuentre entre el 5 y el 41%.
3. Separación física de sentidos. Consiste en instalar, en el eje de vías de calzada única, una barrera física para separar los flujos de tráfico que circulan en sentidos opuestos. Esta medida fomenta circular a velocidades más bajas y mejora el efecto de guiado nocturno. Se calcula un 38% de reducción de la siniestralidad.
4. Carreteras 2+1. Están destinadas a evitar colisiones en adelantamientos en carreteras convencionales. Estas carreteras disponen de tres carriles: uno para cada sentido de la circulación, y otro central, destinado a los adelantamientos, que se alterna entre uno y otro sentido de la circulación. Además, ambos sentidos están separados por una barrera física. Se les calcula un potencial de reducción de la siniestralidad del 33%.
5. Márgenes clementes. Un mejor conocimiento de los mecanismos de los accidentes por salida de la vía permite entender mejor las medidas técnicas para hacer que los márgenes de las carreteras resulten clementes. Una salida de la plataforma a los márgenes no significa, por sí sola, que resulte inevitable un siniestro. Aunque siempre hay un cierto riesgo, las probabilidades de recuperar el control del vehículo son muy buenas si el margen está razonablemente liso, sin grandes pendientes y exento de obstáculos y otros elementos no franqueables.