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Comparativa: Audi RS4 Avant y el Alpina B3 S Touring

Audi RS4 Avant y el Alpina B3 S Touring

Quien quiera un familiar netamente deportivo, y con tracción integral, debería mirar sin duda hacia el Audi RS4 Avant y el Alpina B3 S Touring. En esta comparativa, nos ha quedado claro que la decisión es muy difícil. Los hemos metido en circuito para exprimirlos al máximo. Comparativa: Audi RS4 Avant y el Alpina B3 S Touring.

En potencia, el Alpina no tiene que esconderse ante los 450 CV y 600 Nm del Audi. El tres litros de seis cilindros en línea con cigüeñal retocado y refrigeración optimizada rinde 440 CV y 660 Nm de par máximo, gestionados por una caja automática de ocho velocidades. Como propulsión trasera, el Touring alcanza los 303 km/h. Con la tracción integral, son 298 km/h. ¿Alguna duda sobre su potencial?

Por fuera

Ópticamente, varios detalles lo delatan, como el emblema Alpina o las llantas de 20 pulgadas con diseño clásico. Detrás, luce cuatro salidas de escape firmadas por Akrapovic, y todo esto le da un aspecto claramente más deportivo que el del BMW 340i en el que se basa. El nuevo Audi RS 4 Avant es menos sutil. Las enormes entradas de aire, las aletas ensanchadas y las llamativas llantas de aluminio dejan claras sus intenciones.

Por dentro

Encuentro cuero, un cockpit digital y los acabados de altura que ya conocemos de la gama A4. Lo identifican los logos RS, aunque pensamos que la división deportiva de Audi podría haber sido algo más creativa en el interior. En el Alpina esto se acentúa aún más: mientras el RS tiene un volante pequeño y deportivo, el suyo es el de serie, aunque eso sí, recubierto con cuero refinado y costuras. El cuero de cachemir del resto del habitáculo de nuestra unidad de pruebas viene de BMW Individual.

Audi RS4 Avant y el Alpina B3 S Touring
Dieter Rebmann / Auto Bild

Y no falta la instrumentación en azul, los logo de Alpina o la placa del número de serie. Identificadores clásicos del preparador. El cockpit orientado a conductor del Serie 3, sin instrumentación digital, se ve algo entrado en años. Pero al mismo tiempo le dan al interior un sabor a deportivo clásico que resulta muy atractivo.

Motores

El motor de seis cilindros en línea del Alpina tiene un sonido cautivador, y le entrega de fuerza es imponente, dando su par máximo en la zona media del cuentavueltas. El agujero del turbo es inexistente. El sonido del V6 del RS 4 es más rudo, y la entrega de fuerza es demasiado lineal, por lo que aporta algo menos de emoción que el Alpina. Y es una pena, porque tiene disponible todo su par motor desde la zona baja del cuentavueltas, por lo que la entrega es más contundente desde el inicio.

Audi RS4 Avant y el Alpina B3 S Touring
Dieter Rebmann / Auto Bild

La aceleración desde parado es un espectáculo: mantengo el freno pisado, lo subo a 3.000 vueltas, suelto el freno y este Audi sale catapultado hasta los 100 km/h en solo 3,7 segundos. El Alpina, en cambio, requiere 4,1. Una vez lanzados, el Alpina no puede seguir su ritmo. En el tráfico rodado normal diario, y especialmente en autovía, nos ha gustado mucho el elevado confort de los amortiguadores del B3 S, que lo convierten en el compañero ideal para viajes largos.

El ajuste de Audi no es tan armónico: para viajes a cierto ritmo, el modo Confort se nos antoja demasiado blando. Y cuando lo ponemos en Dynamic, se vuelve duro como una tabla, y se notan en la espalda hasta las pequeñas irregularidades del asfalto. La elección más acertada para lograr una conjunción de confort y aplomo es Auto. De este modo, el RS 4 logra un buen filtrado, también circulando a gran velocidad por autovía. Y el sonido de rodadura es reamente bajo. Pero aun así, no llega a las cotas de confort del Alpina, más equilibrado.

En curcuito

En la serpentina de Sachsenring, la cosa cambia: mientras en modo Dynamic su rígido eje delantero tiende al subviraje, el modo Auto, más blando, permite estirar más sus límites. El diferencial deportivo opcional mantiene al coche en su sitio en todo momento con eficacia, sin resultar demasiado agresivo.

Su capacidad de para entrar y salir de las curvas es muy ágil, aunque molestan un poco los balanceos de la carrocería. Y la dirección, aunque tiene una respuesta rápida, debería ser algo más comunicativa. Los frenos detienen con contundencia y son muy resistentes al uso continuado. No siempre ha sido así en Audi en los últimos tiempos. El cambio, usado en modo manual por medio de levas, se toma un segundo antes de responder. Al final, son pequeñeces: porque en general, el Avant RS 4 es más equilibrado y eficaz en curvas que el Audi RS 5, y con un tiempo por vuelta de 1:37,71 minutos, le saca siete décimas.

Audi RS4 Avant y el Alpina B3 S Touring
Dieter Rebmann / Auto Bild

El Alpina no se ha mostrado tan cómodo en circuito. Aunque lleva un tarado del chasis más firme que el Touring de serie, las inclinaciones de la carrocería en las curvas con excesivas, las ruedas Michelin chirrían una y otra vez como implorando piedad al conductor, y el pedal del freno, tras un par de vueltas, casi toca con el suelo del coche. Y con todo, logra un tiempo por vuelta muy respetable de 1:39,87 minutos. No queremos ni pensar de lo que sería capaz este familiar si el ajuste de su chasis fuera un poco más duro.

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