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Coches míticos solo para verdaderos amantes del motor: Dodge Viper Mk1

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En esta nueva entrega de coches míticos solo para verdaderos amantes del motor repasamos la historia del Dodge Viper Mk1, la primera generación de la víbora.

Entre muscle car y camionetas, Estados Unidos logró a principios de los ’90 materializar un coche de alto rendimiento que se convertiría en el orgullo de la industria automotriz americana. El Dodge Viper Mk1 vio la luz en su versión de producción en 1992, uno de esos coches míticos solo para verdaderos amantes del motor que se ha ganado el estatus de leyenda con el paso de los años.

Si bien el Chevrolet Corvette es el deportivo americano por excelencia, el Viper es todo lo que podía dar de sí la industria del país en la temprana década de 1990. Su desarrollo comenzó unos años atrás, aún en los ’80, como una forma de revitalizar la marca Dodge, creando un coche de nicho, una punta de lanza, un buque insignia capaz de representar a un país.

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Coches míticos solo para verdaderos amantes del motor: Dodge Viper Mk1

Prototipo del Dodge Viper presentado en Detroit en 1989
Prototipo del Dodge Viper presentado en Detroit en 1989

Hay quienes aseguran que el Viper nació como una reinterpretación moderna del icónico AC Cobra, pero la realidad es que Bob Lutz, por entonces a la cabeza de Chrysler, quería concebir un coche revolucionario aprovechando el músculo económico de la firma americana y los conocimientos de uno de los fabricantes italianos más prestigiosos: Lamborghini.

Creado primero en arcilla y pronto materializado como un prototipo, el Dodge Viper Mk1 (conocido oficialmente como SR I), se presentó como un concept car en el Salón del Automóvil de Detroit de 1989. La prensa aclamó su llegada y se creó una gran admiración por ese deportivo de capó largo, carrocería descapotable y musculosas líneas.

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Tal fue la aceptación generada que Lutz rápidamente dio luz verde al proyecto, incluso aunque Lee Iacocca, CEO de Chrysler, no viera con buenos ojos una inversión de este calibre ante el riesgo que suponía no hacer rentable el ‘Proyecto Viper’.

A pesar de ello, se contrató a un equipo de 85 ingenieros que se enfrentarían al difícil desafío de desarrollar un coche de producción de características tan ambiciosas como el Viper en tan solo 9 meses. Al frente de ese equipo se puso el ingeniero jefe Roy Sjoberg, que comenzaron a trabajar en marzo de 1989 en el que sería el modelo de calle.

En diciembre ya había un prototipo operativo y en marzo el coche final estaba listo. Serían necesarios unos meses más para obtener la aprobación definitiva, aunque el Dodge Viper Mk1 no llegaría a las salas de exposición de los concesionarios oficiales de la compañía hasta enero de 1992.

El poderoso motor V10 de la víbora es obra de Lamborghini

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Antes, Chrysler encargó a Lamborghini, que por aquel entonces formaba parte de la compañía americana, que desarrollara una mecánica de aluminio de diez cilindros para la víbora. Inicialmente se creyó que el Viper estaría impulsado por un motor Magnum V10 de 8.0 litros empleado en las camionetas Dodge RAM 3500, aunque nada más lejos de la realidad.

El ilustre bloque del Viper se engendró desde cero en las entrañas de Lamborghini, un propulsor creado a base de materiales ligeros, con nuevas culatas y componentes reforzados. Con un peso de alrededor de 300 kilos, el V10 de 8.0 litros y aspiración natural, era fiable y robusto, así como lo suficientemente potente como para impresionar sus conductores.

El Viper llegó al mercado en 1992 con una mecánica que desarrollaba 400 CV de potencia y un impresionante par motor de 630 Nm desde tan solo 3.600 rpm. No ofrecía ningún tipo de ayuda electrónica, lo que no lo hacía apto para conductores inexpertos, pudiendo completar el 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y registrando una velocidad máxima de 270 km/h.

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Todo esto en una larga carrocería combinado con un interior sin aire acondicionado ni ventanillas laterales. En su lugar, un techo de lona removible que integraba unas ventanas de plástico que se podían abrir mediante un mecanismo de cremalleras. Esto dejaba a la vista una cabina con asientos de cuero combinada con unas llantas de aleación de aluminio.

El Dodge Viper de primera generación se vendía por unos 52.000 dólares a principios de los ’90 y no ofreció una variante coupé hasta la actualización del modelo en 1996 (considerado también como una segunda generación con el código SR II). Este nuevo modelo introdujo la nueva carrocería y mecánicas más potentes, destacando la variante GTS de alto rendimiento con 450 CV.

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