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Los coches de Adolf Hitler: un genocida sin carné de conducir

El Führer del III Reich no tenía licencia, pero amaba los coches, y tenía un garaje envidiable.

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Antes de pasar a presentarte la colección de coches de Adolf Hitler, queremos destacar un hecho: no tenía carné de conducir. Sí; uno de los mayores genocidas de la historia carecía de licencia. Pero, eso sí, poder no le faltaba, con lo que podía permitirse el lujo de tener chófer, para que le llevara a donde él ordenase. Así que no había desfile en el que no se presentase a bordo de un cochazo

Porque, como imaginarás, en la Alemania de aquella época, conseguí lo que quería. Así que, a pesar de no poder conducir, la colección de coches de Hitler era impresionante. Te la presentamos de la mano de nuestros compañeros de Top Gear.

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1. El Mercedes 11/40 de Hitler

Si queremos hablar de los coches de Adolf Hitler, no podemos olvidar el Mercedes 11/40, un elegante vehículo con 4,6 metros de largo, 2.860 cc y 40 caballos.

Allá por 1923, cuando había sido encarcelado por su intento de golpe de Estado (años antes de llegar a Führer), Hitler escribió a un concesionario de Múnich, para contarle su intención de adquirir un 11/40. Eso sí, exigió unas condiciones económicas demasiado buenas, con lo que no estamos seguros de si la compra llegó a florecer (aunque lo cierto es que, nada más salir de prisión, se hizo una foto junto a un Mercedes 11/40). 

2. Mercedes 770K: El coche oficial del Führer

Ya como líder del III Reich, Hitler podía permitirse tener un garaje impresionante. De entre sus muchos coches, destaca el Mercedes 770K, un coche de 5,6 metros de largo, cerca de tres toneladas de peso, 7.655 cc y 155 caballos, que comenzó a fabricarse en Alemania en 1931 (se construyó un total de 117 unidades, de las cuales la mayoría fueron a parar a las manos los altos representantes nazi). La nueva generación del 770K (que se lanzó en 1938) era capaz de generar una potencia de hasta 230 CV, y se convirtió en el vehículo más caro del país.

Hitler usaba su Mercedes 770K (también conocido como Mercedes Grosser) en los actos oficiales más relevantes. El Führer mandó instalar una peana de 13 cm en su interior, para poder subirse a él y parecer más alto en los desfiles. 

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3. El Mercedes 540 G4 de Hitler

Hitler también tenía entre sus coches un todoterreno, el Mercedes 540 G4. Se trataba de un vehículo con seis ruedas y tres ejes, y cuya producción estándar comenzó en 1928 (se crearon un total de 57 unidades, las cuales acabaron en manos de los líderes del III Reich). Gracias a sus capacidades todoterreno, los nazis podían transitar por zonas escarpadas y terrenos abruptos. 

En 1938 se construyó una versión especial del G4 limitada a cuatro ejemplares, con un motor de 5.400 cc y 115 CV, y un peso de 3,7 toneladas.

Hitler se quedó con uno, pero quiso obsequiar a los suyos con este impresionante coche. Así, otro se lo regaló a Joseph Goebbels (el ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich), otro para el líder fascista italiano, Benito Mussolini, y el también dictador fascista Francisco Franco recibió el cuarto. Este último se encuentra en el Museo del Palacio del Pardo en Madrid. 

4. El Mercedes 540K de Eva Braun

Cuenta la leyenda que Hitler regaló a su esposa, Eva Braun, el Mercedes 540K Roadster Cabrio, un coche de unos tres metros de largo, 5.401 cc y hasta 170 CV de diseño espectacular. Dado el peso del blindaje, el chasis del 540K tuvo que ser modificado. 

Del Mercedes 540K se fabricaron 32 unidades, las cuales fueron destinadas a los cabecillas del régimen nazi. 

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