Logo Autobild.es

Coche eléctrico o de combustión, ¿cuál necesita más mantenimiento de taller?

Mantenimiento coche eléctrico

La dicotomía entre el coche eléctrico y el de combustión se plantea en multitud de áreas: prestaciones, alcance, coste de uso, etc. Otra que es importante a lo largo de la vida de un automóvil es el mantenimiento y las veces que tiene que pasar por el taller, además del coste de este. ¿Cuál de las dos tecnologías tiene más ventaja en este aspecto?

Aunque en ambos casos hablamos de coches, las peculiaridades técnicas que presentan el uno frente al otro hace que sus necesidades mecánicas, aunque sean comunes en ciertos puntos, difieran en otros tantos.

 

El punto clave es el hecho de que los modelos de cero emisiones, en términos generales, son más sencillos mecánicamente que los modelos térmicos, por lo que, de nuevo en términos generales, necesitan menos mantenimiento.

Los elementos comunes a ambos tipos de automóvil

Como hemos dicho, son coches, al fin y al cabo, así que hay toda una serie de componentes que comparten, así como tareas que hay que llevar a cabo de manera rutinaria.

Las revisiones periódicas son algo estándar, que varía en función del modelo y del fabricante, pero que en general suelen recomendarse cada dos años y entre 20.000 y 25.000 kilómetros.

De la misma manera, cualquier automóvil debe llevar a cabo el cambio del líquido de frenos, el reemplazo de los filtros del habitáculo y el del líquido refrigerante, todo ello con una periodicidad muy pareja sea un coche eléctrico, gasolina o diésel.

Los elementos comunes… que se desgastan de manera diferente

Hay otras tantas piezas que también son comunes en ambos tipos de vehículo y que obligan a desembolsar dinero de cuando en cuando, aunque de manera diferente en cada caso.

La primera son las pastillas y discos de freno. Siempre se desgastan y cada determinado tiempo o kilometrajes hay que reemplazarlos, pero el proceso de desgaste es más rápido en un coche térmico que en uno eléctrico.

Taller mecánico: tipos y servicios de los centros de mecánica

Este último, gracias al sistema de frenada de emergencia regenerativa que monta, en el que solo con levantar el pie del acelerador el coche empieza a retener para ayudar a la recarga de la batería, hace que el desgaste de las piezas sea menos acusado que en el caso de un automóvil térmico, en el que pizas y discos realizan todo el trabajo de manera tradicional.

Otro elemento que difiere entre uno y otro es la suspensión y la amortiguación, puesto que sufre más en el caso de un EV, ya que debido a la presencia de las baterías son modelos más pesados.

Por último, los neumáticos. Siempre se desgastan, pero en los eléctricos puede ser algo más acusado tanto por el mencionado mayor peso como por la forma en que entregan la potencia, que es inmediata y contundente, así que en caso de una conducción más agresiva es más fácil “comerse” las ruedas más rápido.

El mantenimiento del que se libran los eléctricos

La ya comentada mayor sencillez mecánica juega a favor de los coches eléctricos, puesto que a menos piezas, menos elementos que se desgastan y que hay que reemplazar. Además de que, lógicamente, hay elementos que directamente no existen y por los que ni hay que preocuparse, ni implican gasto alguno.

Por enumerar algunos, un eléctrico no tiene que cambiar bujías, ni correa de distribución, ni bomba de agua, ni filtro de aire…

Gracias a todo ello, aunque luego depende de los modelos, el mantenimiento y el paso por taller de un coche eléctrico puede ser incluso más de un 20% más barato que es de un modelo de combustión.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.