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Cinco virtudes y un defecto del Mercedes GLE

Mercedes GLE
A poner en la balanza.

El Mercedes GLE es uno de los referentes entre los SUV premium de gran tamaño pero, ¿Qué le convierte en una buena o mala opción respecto a sus rivales directos? A continuación te desvelamos cuáles son cinco virtudes y un defecto del Mercedes GLE.

VÍDEO: El Mercedes GLE Coupé en 'Jurassic World'

Virtudes

Equipamiento muy completo

Mercedes no acostumbra a establecer diferentes niveles de equipamiento, si no que establece una dotación de serie específica según la versión elegida del modelo a la que luego se le pueden sumar distintos packs. En el caso del Mercedes, los elementos comunes a todas las variantes son realmente amplios: asientos delanteros con ajuste eléctrico, levas al volante, climatizador automático, pantalla de ocho pulgadas, control de presión de los neumáticos, acceso y arranque sin llave, sistema de audio con ocho altavoces, grupos ópticos LED…

Cargado de tecnología

De serie cuenta con DYNAMIC SELECT, que permite elegir entre varios modos de conducción; start/stop y el COLLISION PREVENTION ASSIST PLUS, pero a modo de extra se pueden incorporar numerosos asistentes como el avisador de cambio involuntario de carril, de ángulo muerto, la alerta de tráfico perpendicular trasero, el sistema de frenada autónoma, la cámara de 360 grados, etc.

Probamos el Mercedes GLE 350d 4MATIC

Híbrido enchufable

Dentro de las motorizaciones disponibles está el GLE 500 e 4MATIC. Combina un motor 3.0 V6 de 333 CV con uno eléctrico de 85 kW para desarrollar una potencia conjunta de 442 CV y un par máximo de 650 Nm. El conjunto se asocia a una caja de cambios automática 7G-TRONIC PLUS y está alimentado por una batería de 8,8 kWh de capacidad.

Dicha batería se recarga en dos horas y media y le otorga una autonomía eléctrica de 30 kilómetros pudiendo alcanzar velocidades de hasta 120 km/h. homologa un consumo de 3,3 l/100 km y una aceleración de 0 a 100 en 5,3 segundos.

AMG

Contar con versiones AMG en la gama siempre suma puntos y en el caso de la amplia oferta mecánica del Mercedes GLE está coronada por los 63 y 63 S. Por un lado está el hecho de que cuentan con particularidades a nivel de diseño, con una parrilla específica, llantas más grandes o el sistema de escape doble; pero lo que importa es su apartado mecánico. Su reparto de par entre ambos ejes es del 40:60 y ambos emplean un motor 5.5 V8 que entrega 557 CV y 700 Nm de par en el normal y 585 CV y 760 Nm en el S, con los que aceleran de 0 a 100 km/h en 4,3 y 4,2 segundos respectivamente.

Cupé

No se trata del mismo modelo, pero podemos incluir como una de las virtudes del todocamino contar con un hermano de silueta más dinámica en forma del Mercedes GLE Coupé. Calcando al GLE normal el interior, presenta una silueta deportiva que no esconde su objetivo de ser un anti-BMW X6.

Defecto

Antigüedad

Fue en 2015 cuando Mercedes anunció que desaparecía la antigua nomenclatura de la Clase M (o ML), que llevaba en activo desde 1997, para dar paso al nuevo Mercedes GLE. el cambio fue muy bien recibido, puesto que respetaba al original y lo ponía al día, pero en pleno 2018 se notan los años y empieza a ser necesaria una renovación, si no un nueva generación, al menos una puesta al día que traiga consigo cambios. A nivel estético el tiempo le ha tratado bien, pero el interior, pese a tener una pantalla como consola central (que solo está integrada en el salpicadero parcialmente), se nota algo desfasado.

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