Aston Martin Valhalla, 5 virtudes y 2 defectos

El Aston Martin Valhalla es el nuevo componente de la familia de hypercars, como se conoce a los deportivos de altas prestaciones, con potencias entorno a los 1.000 CV, donde se encuentran modelos como el Ferrari SF90 Stradale, el Porsche 918 Sypder, el McLaren P1 o el Pagani Huayra. En 2019, la marca presentó un primer prototipo y, este año ya hemos conocido la versión definitiva. 

En este caso, tenemos un superdeportivo híbrido, cuya mecánica está compuesta por un motor V8 de origen AMG y dos motores eléctricos. Es capaz de circular en modo completamente eléctrico durante unos minutos y cuenta con una serie de soluciones muy tecnológicas, algunas de ellas inspiradas en la Fórmula 1. 

Rápido… muy rápido

El Aston Martin Valhalla es un coche muy rápido, como lo demuestran las prestaciones que ha declarado la marca. Aunque, en un primer momento se rumoreaba que montaría un motor V6 turbo e híbrido, finalmente la compañía británica se ha decantado por un V8 4.0 más potente, biturbo, de origen AMG. 

Es el mismo propulsor del Mercedes-AMG GT Black Series de 750 CV, pero esa potencia sube hasta los 950 CV, gracias a los 200 CV extra que aportan los dos motores eléctricos. Con ello, entrega 1.000 Nm de par y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 2,5 segundos y alcanzar los 350 km/h. 

Diseño muy aerodinámico

Estos registros los consigue gracias, en parte, a un diseño de la carrocería muy cuidado, en donde se ha puesto especial atención en la aerodinámica. La carrocería tiene aerodinámica activa, con elementos delantero, como túneles venturi, y un alerón trasero que pueden variar de ángulo que le permite generar una carga aerodinámica de 600 kg cuando circula a 240 km/h. 

Peso contenido

Y si es importante trabajar la carrocería para mejorar el coeficiente aerodinámico, también lo es conseguir un peso muy ajustado. El Aston Martin Valhalla está montado sobre un chasis monocasco de fibra de carbono. Esto, unido al empleo de otros materiales ligeros, consigue dejar el peso en la báscula en solo 1.550 kg.

Suspensiones de Formula 1 y frenos carbocerámicos

El chasis de fibra de carbono del Aston Martin Valhalla viene acompañado de elementos clave, como unas suspensiones push-rod procedente de los monoplazas de Fórmula 1, con resortes y amortiguadores adaptativos Multimatic, que incluye un sistema, llamado Variable Spring Rate Adaptive Spool Valve, que eleva el eje delantero del coche para superar obstáculos. También está equipado con un potente equipo de frenos carbocerámicos controlados electrónicamente, mediante un sistema brake by-wire. 

Exclusividad

Estamos, sin duda, ante uno de los coches más exclusivos de los próximos años, tanto por su diseño elegante y fluido como por toda la tecnología que equipa. Se trata del primer superdeportivo híbrido enchufable de la marca británica y con motor central y coincide con el regreso de Aston Martin a la Fórmula 1. Solo se fabricarán 500 unidades y, por desgracia, la mayoría de los mortales no tendrán acceso a ninguna de ellas. 

Defecto 1: solo 15 minutos de autonomía eléctrica

El primero de los defectos que podemos señalar del Aston Martin Valhalla es su autonomía. Sus dos motores eléctricos pueden impulsar las ruedas delanteras, gracias al apoyo de la batería de 400 voltios, aunque solo durante un tiempo muy breve, apenas 15 minutos. No obstante, es un tiempo suficiente para conseguir un consumo más ajustado y reducir las emisiones de CO2.

Defecto 2: 130 km/h de velocidad máxima en modo eléctrico

El segundo defecto del superdeportivo híbrido de Aston Martin es que, además de contar con una autonomía escasa en modo eléctrico, solo puede alcanzar los 130 km/h sin consumir ni una sola gota de combustible. A partir de esa velocidad, el motor de combustión se enciende automáticamente. Los motores eléctricos también se encargan de gestionar la marcha atrás del coche.